Fotoprueba: Kia Niro HEV Emotion
El Kia Niro es un modelo de Kia con aspecto de SUV que se caracteriza por ofrecerse tan sólo con motor híbrido, otro enchufable (ambas con 141 CV) y con dos versiones completamente eléctricas de 136 ó 204 CV (e-Niro). Tiene pocos rivales directos; quizá el más parecido sea el Toyota C-HR, si bien existen alternativas también híbridas como el Toyota Corolla o el Hyundai Ioniq (con quien el Niro comparte mecánica).
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El Niro sólo se vende con una carrocería de cinco puertas y 4,35 metros de largo. Está creado sobre la denominada plataforma Eco-Car de Hyundai-Kia, que sólo empelan el propio Niro, el Ioniq y el Nexo (que emplea pila de combustible).
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El Kia Niro HEV o, lo que es lo mismo, el híbrido más sencillo de la gama, se ofrece con una sola mecánica híbrida formada por un motor 1.6 atmosférico de gasolina hay otro eléctrico que, en total, desarrolla 141 CV. Se ofrece con tres acabados: Concept (22.548 euros), Drive (25.516 euros) y Emotion (28.016 euros).
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La respuesta de la mecánica destaca más por suavidad y progresividad que por contundencia o elevadas prestaciones. El hecho de contar con una caja de cambios automática de doble embrague y seis marchas le permite ser más agradable y menos ruidoso que el sistema de Toyota, si bien no consigue gastar tan poco como el japonés. Aun así, gasta poco: en ciudad es fácil moverse sin esfuerzo incluso por debajo de 5 /100 km, mientras que en carretera llega rondar los 6,5 L/100 km.
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Por comportamiento, el Niro es un modelo estable y aplomado, que se conduce con facilidad. Pese a su aspecto de SUV, no balancea demasiado, y presenta unas reacciones muy similares a las de un compacto convencional. Es mejor por comodidad que por agilidad.
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El interior es muy similar al de cualquier coche convencional, sin nada que le diferencia por su condición de híbrido salvo por la instrumentación. Ergonómicamente está bien resuelto, con botones físicos para la mayoría de funciones y, además, de buen tamaño. Por calidad, está en la media de los generalistas: agradable y sin grandes defectos.
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La postura de conducción es buena. Se va sentado un poco más alto que en un compacto y con las piernas menos estiradas pero, en general, se va bien. Los asientos podrían sujetar un poco más.
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Las plazas traseras destacan por ofrecer más altura y espacio para las piernas de lo habitual, por lo que dos adultos de más de 1,85 m irán muy bien. La anchura es más ‘normalita’, por lo que un tercer ocupante irá un tanto justo.
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Con 401 litros, el maletero ofrece una buena capacidad incluso mejor que la de un VW Golf, pero es una cifra más digna de un SUV urbano que de un SUV compacto. Las formas son muy regulares y cuenta con una práctica bandeja flexible y enrollable.
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De serie, la rueda de repuesto es de tipo galleta o emergencia.
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Tras los respaldos delanteros encontramos estas prácticas redes.
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En la consola central trasera hay dos salidas de aire, pero no se ha aprovechado para poner alguna toma USB.
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La palanca de cambios tiene un diseño idéntico al de cualquier otro Kia automático. El funcionamiento, también es muy similar; va muy bien.
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Entre los asientos encontramos el botón del freno de mano eléctrico y del asistente de ayuda en cuesta así como de los asientos y el volante calefactados (los primeros, también ventilados). Esto último es de serie con el acabado Emotion.
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El acceso sin llave y arranque por botón es sólo de serie en el acabado Emotion, el más completo.
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De todos los botones que hay a la izquierda del volante, el de la batería es el más destacable. Si, por ejemplo, dejamos el coche varias semanas parado y llega un momento que detecta que la batería de 12V puede perder carga para ponerlo en marcha, la desconecta; así, cuando vayamos a arrancar, basta con pulsar ese botón para poder arrancar con lo que haya reservado de batería.
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Estos pedales de aluminio son también exclusivos del acabado Emotion.
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El cargador inalámbrico de móvil es exclusivo del acabado Emotion, pero no las tomas USB que hay justo delante.
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La cámara de visión trasera es de serie en todos los acabados.
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Hay dos modos de conducción que se seleccionan poniendo el cambio automático en D o en S. En D, es modo Eco. En S, es modo Sport. Sin embargo, la función de las levas varía entre uno y otro. En el Eco, sirven para jugar con la capacidad de regeneración del sistema híbrido; en el Sport, sirven para cambiar de marcha manualmente con normalidad.
Fotoprueba: Kia Niro HEV Emotion
La instrumentación varía su diseño central en función del modo de conducción seleccionado; en la foto, el modo Sport. En ambos casos, es bastante clara.
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La pantalla central ha mejorado en resolución con el último restyling.
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El vano motor deja ver la parte del sistema híbrido a la derecha, con las mangueras naranjas. Revisar niveles es sencillo.
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La guantera principal es ancha, pero poco profunda. Podría estar tapizada.
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Bajo el reposabrazos central hay un hueco con una toma USB.
Fotoprueba: Kia Niro HEV Emotion
Este logo identifica a esta versión del Niro.
Fotoprueba: Kia Niro HEV Emotion
Bajo el paragolpes trasero queda culta la salida de escape.
Fotoprueba: Kia Niro HEV Emotion
El alerón trasero es de serie, como la antena en forma de aleta de tiburón.
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Los neumáticos de de serie son unos 225/45-18. Esta unidad llevaba son unos Michelin Pilot Sport 4, un neumático deportivo que destaca por agarre, especialmente en mojado.
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Las luces de día el forma de flecha integradas en el paragolpes son la principal diferencia estética del último restyling. Sólo el acabado Emotion cuenta con faros full led; en los demás son halógenos.
