Land Rover-Santana 88 «Herranz»
Visto el resultado final, nada hace pensar que estemos ante un verdadero Frankenstein, mitad Land Rover Defender, mitad Santana 88.
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Montar la carrocería del modelo más veterano sobre el chasis del más moderno habría sido más sencillo, pero el resultado actual es mucho más auténtico.
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Los neumáticos se reemplazan por unos excelentes Goodyear Wrangler MT/R 235/85-16.
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Se conserva el típico salpicadero original, que ofrece teclas y palancas desperdigadas por todo el entorno, poco intuitivas de manejo y que exigen práctica y costumbre para su fácil manejo. n
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Los asientos del Defender, con respaldo alto y apoyacabezas, le sientan como anillo al dedo y aportan una importante mejora en la ergonomía del puesto del conductor.
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La palanca de la tránsfer también ha sido donada por el Defender.
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Debajo del asiento del conductor se dispone de una práctica caja de herramientas, que en los tiempos de su diseño resultaban de obligado uso para realizar sobre la marcha pequeñas tareas de mantenimiento, ajuste y conservación.
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Los `pedales también son los originales del Defender 200 Tdi.
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El aumento del ancho de vías ha implicado la instalación de aletines para cubrir el paso de rueda.
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El guiado de los ejes se confía a los elementos originales del Defender, con brazos longitudinales en ambos ejes, barra Panhard (eje delantero) y el típico brazo superior en forma de A, con rótula para el guiado transversal del eje trasero.n
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El guiado de los ejes se confía a los elementos originales del Defender, con brazos longitudinales en ambos ejes, barra Panhard (eje delantero) y el típico brazo superior en forma de A, con rótula para el guiado transversal del eje trasero.n
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Los muelles se suplementan con calzos para ganar altura libre
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El 2.5 TDI ofrece el doble de potencia que el motor original, si bien resulta tan ruidoso que hace imposible mantener una conversación. Alojar el nuevo grupo moto-propulsor, mucho más voluminoso y pesado que el original, exigió cortar y modificar chapa, amén de fabricar soportes para el chasis a medida.
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No sin esfuerzo, el interior del Santana se combina perfectamente con las puertas del Defender.
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Por puras razones sentimentales, se ha mantenido el enorme volante original, aunque decorado en su parte central por una pieza de cuero repujado, con el escudo de la marca, fabricada a mano por su propietario.
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Jesús Herranz es el creador de esta preparación.
















