A las 22:15 horas, el equipo médico que ha pasado toda la tarde en el quirófano para salvar la mano derecha de Robert Kubica salía a enfrentarse a los periodistas. Ya a primera hora de la tarde, Daniele Morelli, su manager, adelantó que la mano no corría peligro, aunque estaría por ver qué movilidad iba a conservar. Pero el cirujano Igor Rossello ha preferido ser más cauto en el parte oficial: No se ha atrevido a garantizar que el polaco pueda volver a las pistas, entre otras cosas porque hasta que no salga de la UCI dentro de una semana, no podremos estar 100 % seguros de que conserve la mano. De momento, se ha conseguido reconectar todos los vasos sanguíneos para que tenga riego.
Morelli también dio más detalles sobre el suceso: «Ha habido una pequeña pérdida de control debido seguramente al asfalto húmedo, cosa que en los rallyes es normal. La trasera del coche ha golepado el guardarraíl, lo que ha hecho que se encaramara a un punto donde acababa éste. Eso ha hecho que el siguiente guardarraíl se incrustase dentro del coche en lugar de proteger como hubiera debido».
Todo el mundillo de la F1 se ha volcado en palabras de ánimo para Robert, en especial por Twitter, y Fernando Alonso, buen amigo suyo, ha llegado a pasarse por el hospital esta misma tarde, aunque probablemente no pudo ver a Kubica en persona.
Por su parte, el jefe del equipo Lotus Renault GP, Eric Boullier, ha defendido la decisión de dejar al polaco disputar rallies, alegando que es «vital para su salud mental». «Tanto él como nosotros conocíamos los riesgos. Pero no queremos que nuestro piloto sea un robot ni un tipo corporativo».
«Los pilotos son unos pacientes muy especiales», declaró Rosello, un especialista en cirugía de la mano. «He operado a pilotos de motociclismo, y su velocidad de recuperación es mucho más rápida que la de la media».
