Alternativas a los transportes tradicionales para moverse en ciudad

Atascos, contaminación, estrés estos son solo algunas razones para tratar de evitar, en la medida de lo posible, el uso del coche. ¿Qué alternativas hay al uso del transporte tradicional para moverse en ciudad?


En los últimos años, entre los problemas económicos y el tema de la contaminación, son muchos los que deciden que hay que hacer un cambio a la hora de moverse por la ciudad.

Ir del punto A al punto B puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza en las grandes ciudades debido a la gran cantidad de vehículos que inundan las calles. La contaminación y los atascos, sobre todo en lo que se conoce como «horas puntas», se han convertido en un problema real que muchas personas están sufriendo.

De ahí que los ayuntamientos de algunas ciudades importantes están empezando a promulgar leyes que impidan que, en ciertos días, a ciertas horas o dependiendo de si la matrícula es par o impar no se pueda entrar en el centro de las ciudades con los vehículos.

La contaminación hace imprescindible cambiar la forma de desplazarnos

Hay que reconocer que el uso de los coches ha provocado que el índice de contaminación vaya subiendo y esté en grados de auténtico peligro. Muchas personas salen a la calle con mascarillas para evitar los problemas de salud derivados de la contaminación. ¿Es posible reducir la contaminación usando alternativas? La respuesta es sí.

Si se consiguiera bajar el número de vehículos que recorren las carreteras se conseguiría pero ¿cómo? Una manera muy sencilla es usando los nuevos métodos de transporte que han ido surgiendo como respuesta a esta necesidad como el compartir coche.

Muchas personas, concienciadas con mejorar el medio ambiente, empiezan a usar el método de compartir coche para bajar el número de vehículos que nos encontramos en carretera. Existen diferentes modalidades que incluyen compartir coche en desplazamientos largos, alquiler de vehículos por horas, compartir coche en desplazamientos cortos dentro de la misma ciudad o alquilar el coche a alguien mientras esa persona no lo esté usando.

Gracias a estos diferentes sistemas para compartir coche es posible reducir la contaminación porque se utilizan menos vehículos a la hora de desplazarse. No es lo mismo tres personas con un coche cada uno que una persona que, en su vehículo, transporte a otras dos. Dos vehículos desaparecen de la ecuación.

Decir adiós a los atascos ¿es posible?

Otro de los grandes problemas de las grandes ciudades son los atascos. ¿Quién no se ha encontrado a la hora de ir a trabajar con una gran caravana? Esto no solo consigue la irritación de los conductores que se vuelven irritables sino, también, que se dedique mucho tiempo a los desplazamientos, tiempo que se podría dedicar a otras cosas. ¿Cuál es la solución?

En los últimos meses se ha hablado largo y tendido del uso de la bicicleta eléctrica. Este medio de transporte no solo permitiría descongestionar las carreteras, ayuda a que practicar deporte sea más fácil, evita el problema del aparcamiento y no contamina. Todo son ventajas.

Algunos se han quejado de que les gustaría usarlas pero no hay infraestructuras buenas como para ello. Pero en muchas ciudades ya se han mejorado los conocidos como carriles bici, arreglando los ya existentes y construyendo más kilómetros, para que su uso se convierta en una tendencia.

Las bicicletas eléctricas tienen la característica de llevar un motor que permite que la persona que pedalea pueda acceder de manera más sencilla a tramos que, con otras bicicletas, les costaría más como pendientes muy pronunciadas.
Llegar pronto al trabajo sin atascos, no perder tiempo buscando aparcamiento, mejorar el medio ambiente, practicar deporte sin darte cuenta, disfrutar de lo que hay a tu alrededor mientras viajas con ella, pasar tiempo en familia visitando la ciudad. Todas estas razones hacen de la bicicleta eléctrica el vehículo del futuro.

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