
El FF es el modelo más moderno de Ferrari -se presentó el año pasado-, el más potente -tiene un motor V12 de 660 CV- y el más caro de su actual gama -cuesta 291. 624 –.
Esta noticia podría limitarse a un pequeño descalabro contable en las cuentas de alguna aseguradora de no ser por los antecedentes: El anterior modelo Ferrari, el 458 Italia, sufrió una serie de incendios poco después de su lanzamiento. En total ardieron diez coches en unos dos meses, cifra muy considerable teniendo en cuenta que apenas se fabrican 2.500 cada año. La respuesta de la marca fue una llamada a revisión de todas las unidades fabricadas hasta el momento, algo más de 1.000, para la sustitución de un adhesivo aplicado en la zona del paragolpes trasero y que podía inflamarse con el calor de los escapes.
Aún no se sabe qué ha ocurrido con este ejemplar en concreto, aunque la web china explica que el incendio se desencadenó tras circular bastante tiempo en retención. Por el lugar donde parece que se inició el incendio -la parte trasera-, parece que se trata de un problema de la caja de cambios: el FF monta un motor delantero longitudinal y una caja de doble embrague y siete marchas firmada por Getrag sobre el eje trasero. Aunque dada la localización del inicio del fuego también podría ser que en Ferrari hubieran cometido por segunda vez el mismo error que con el 458.
Los Ferrari siempre han sido bastante más propensos a incendiarse que sus rivales. De hecho, si se comprueban las llamadas a revisión que tiene archivadas el departamento estadounidense NHTSA (Agencia Nacional para la seguridad del Tráfico y las Autopistas) con respecto a la marca italiana, las que se refieren a riesgo de incendio se llevan la palma. Eso explica en parte que, en webs como Wrecked Exotics, sea sencillo encontrar al menos una foto de cada uno de sus modelos… en llamas.