Un ACC más efectivo
El Audi braking guard es una parte integrante del sistema de control de velocidad de crucero adaptativo, designado por las siglas ACC. Este sistema regula la velocidad y la distancia que nos separa del vehículo precedente a velocidades entre 30 y 200 km/h, actuando sobre los frenos con total autonomía dentro de unos límites preestablecidos. El ordenador que lo controla está integrado en la red del bus de datos del vehículo y está capacitado para comunicarse con las unidades de gestión del motor, la transmisión automática y los frenos. Y todo, en pocas milésimas de segundo.
El ACC permite que el conductor decida entre varios modos de funcionamiento. Dichos modos definen el intervalo mínimo de tiempo con el vehículo precedente en cuatro intervalos (entre 1 y 2,3 segundos), alterando las características dinámicas del proceso de regulación en tres fases, que van desde confortable hasta deportiva. La intensidad de la desaceleración está limitada a un máximo de 3 m/s2 cuando se circula a más de 50 km/h. Ello supone apenas un tercio del potencial de frenada y en la práctica es equivalente a aplicar una fuerza moderada al pedal de freno.
Evitar fallos de concentración al volante
Si el vehículo que nos precede frena con fuerza, sin embargo, puede generarse una situación en la que esta función de frenado automático podría no ser suficiente. Y, lo que es más, puede que el conductor no se percate de esa situación con la rapidez adecuada. Algunos análisis de los investigadores de accidentes de Audi señalan que el 70 por ciento del total de colisiones están motivadas por el cansancio o la falta de concentración del conductor. Ahí es donde este subsistema del ACC, el Audi braking guard, entra en acción, alertando al conductor en dos fases diferenciadas.
Funciona en dos fases
La primera consiste en el aviso mediante una señal acústica y un símbolo rojo que parpadea en el tablero de instrumentos. El sistema de estabilización ESP se asegura de que el circuito de frenado tiene la presión adecuada de fluido hidráulico. Si el conductor no reacciona a tiempo, ese primer aviso es seguido por una segunda fase denominada alerta “intensa”. Ésta se dispara cuando el algoritmo avisador alcanza la conclusión de que la situación sólo puede mitigarse si el conductor reacciona de inmediato, normalmente ejecutando una frenada de emergencia.
La forma de manifestación de esa segunda fase de la alerta, intensa, tuvo una gran relevancia en el desarrollo del sistema. Durante largas y exhaustivas sesiones de pruebas llevadas a cabo en colaboración con la Universidad de las Fuerzas Armadas Federales de Munich, los ingenieros pudieron evaluar diferentes opciones. La opción que resultó elegida fue la sacudida de aviso, generada por una rápida aplicación de presión en el sistema de frenado, que dura sólo 0,5 segundos. Esta acción tiene un efecto muy suave sobre la velocidad del coche, pues la disminuye en no más de 5 km/h.
En la gran mayoría de los casos evaluados en las pruebas, la sacudida de aviso hizo que los conductores distraídos recobraran su atención en la carretera y frenaran de inmediato. Con la ayuda del sistema de asistencia hidráulica de frenado, el Audi braking guard convierte esa reacción del conductor en una detención de emergencia sin dilación alguna. Priorizando sobre el sistema de frenos, el ESP se ahora entre 100 y 200 milisegundos, lo que puede llegar a equivaler a una distancia de más de siete metros a 130 km/h.
Puede desconectarse
El Audi braking guard permanece también en guardia cuando el ACC está desconectado. Por otro lado, el aviso inicial y el conjunto del braking guard también pueden desactivarse por separado, lo que responde a la filosofía Audi de concederle al conductor la cantidad de control sobre el automóvil que él desee. En Audi, el acento nunca se pone en la tecnología como un fin en sí mismo; nuestra tecnología siempre está al servicio de las personas.