Ayrton Senna, 20 años después

Hoy se cumplen 20 años del fatal accidente que costó la vida a Ayrton Senna en el G. P. de San Marino de Fórmula 1. Aquel día el infortunio nos arrebató a uno de los más geniales pilotos de la historia y, desde ese momento, nacía una leyenda.


Si la forma de valorar a un piloto de F1 fuera su capacidad para realizar hazañas imposibles para el resto,
20 años después de su última carrera, Ayrton Senna sería el mejor de todos.

En 1978, viajó desde Brasil hasta Europa, para correr en el campeonato del mundo de kárting, aunque se dio a conocer cuando consiguió un segundo puesto en el GP de F1 de Mónaco en 1984. Era la primera vez que pilotaba en aquel trazado urbano, diluviaba y conducía un modesto Toleman TG184 con el que remontó desde la decimotercera hasta la segunda posición.

En su primera temporada en F1, Senna se había convertido en una gran promesa, algo que le valió para fichar por la escudería Lotus Renault en 1985. Ese mismo año, consiguió su primera victoria en la F1 en el GP de Portugal de 1985. Tras completar 67 vueltas al circuito de Estoril sobre lluvia, Senna cruzó la línea de meta con 1’02»978 de ventaja sobre el segundo clasificado, Michelle Alboreto… y dobló al resto de participantes.

Ayrton Senna, único e irrepetible

Ganó el campeonato del mundo de F1 en 1988, 1990 y 1991; obtuvo 41 victorias en Grandes Premios, 65 pole position y 49 vueltas rápidas.
Sin embargo, lo que hace que muchos le consideren el mejor piloto de la historia, es que cada vez que se subía a un monoplaza era capaz de genialidades imposibles para el resto. Como afirmaba el siete veces campeón del mundo de F1 Michael Schumacher, «era mucho más rápido cuando conducía tu mismo coche y tan rápido como tú con un coche más lento». Esa es la razón de que Senna –que, en marzo de 2014, habría cumplido 54 años– siga despertando tanta admiración.

Alain Prost, su gran rival

En 1988, Senna fichó por McLaren, donde comenzó una rivalidad con Prost que concluiría en 1993, cuando el francés se retiró de la F1. En esos seis años hubo polémicas, insultos y batallas entre ambos que multiplicaron el interés por la F1. La confrontación entre ambos surgió, en 1988, cuando Ayrton Senna fichó por McLaren-Honda. Por aquel entonces, Prost había ganado dos campeonatos mundiales y Ayrton Senna conducía por primera vez un coche ganador.

En los dos años posteriores la situación se repitió y, de nuevo, Senna y Prost se jugaron el campeonato en las últimas carreras. En el GP de Japón de 1989, ambos chocaron en carrera, Alain abandonó y Ayrton se reincorporó saltándose una chicane. Finalmente, Senna obtuvo la victoria tras recortar más de 15 seg. en cinco vueltas a Alessandro Nannini, pero el presidente de la FIA –el francés Jean Marie Balestre– la declaró ilegal alegando que había incumplido el reglamento al saltarse la chicane. En 1990, el escenario era idéntico: se jugaban el campeonato, Senna hizo la pole y Prost salía segundo. Ambos chocaron en la primera curva y Ayrton se proclamó bicampeón del mundo. En 1991, tras una gran lucha con Nigel Mansell durante toda la temporada, Senna ganó el tricampeonato.

Tras proclamarse campeones en la Copa del Mundo de Estados Unidos de 1994, los integrantes de la selección brasileña de fútbol quisieron recordar a Senna exhibiendo una pancarta en la que podía leerse: «Senna… aceleramos juntos, el cuarto –título mundial– es nuestro!».

Otra de las grandes virtudes de Senna es su capacidad de concentración al clasificar. De hecho, con 65 poles en 162 carreras, Senna es el mejor clasificador de la historia de la F1. Logró su primera pole en el Gran Premio de Portugal de 1985 y, la última, desgraciadamente en el GP de San Marino de 1994 en el que falleció. Pero la gran especialidad Ayrton Senna era correr en Mónaco, donde nadie ha igualado sus seis victorias… que hubieran sido siete si no hubiera tenido un accidente cuando, en 1987, intentó doblar a Alain Prost para humillarle.

En 1994, Senna fichaba por Williams con el objetivo de conducir un coche campeón, pero ese año la FIA prohibió las ayudas electrónicas… y, sin ellas, el Williams era un monoplaza inconducible. Tras un inicio de temporada tormentoso, Senna hizo la pole en el GP de San Marino, hasta que en la séptima vuelta su carrera terminó contra el muro.

En el número 103 de la revista Car&Tecno correspondiente al mes de mayo, podrás leer un magnífico reportaje donde se hace un completo repaso a la trayectoria de Ayrton Senna.

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