Estaba claro: sobre el papel (y en la práctica así se demostró), las baterías de ión de litio duplicaban prácticamente la capacidad de acumulación de las de hidruro de níquel-metal. Estas se emplearon en vehículos eléctricos de principios de este siglo y en casi todos los híbridos que ves por la calle. Más baratas, pero más pesadas, las de litio, más ligeras, están desplazando en casi todos los usos a las de níquel. En móviles y otros dispositivos portátiles hace tiempo que ocurrió.
Pero en los coches las baterías de litio siguen siendo caras. Son mejor opción, desde luego, en cuanto a autonomía e incluso tiempo de recarga, pero tampoco son la «panacea», por lo que las empresas involucradas en esto siguen investigando en muchos frentes.
Una de las que toca varios palos es BASF. Hace poco hablábamos de unas baterías nuevas, las de litio-sulfuro, con las que investigaban para alargar su vida (era el problema que presentaban), dado que su capacidad y ligereza era mayor que las de ión de litio.
Ahora llegan noticias de que esta misma empresa, BASF, también está explorando las posibilidades de las «antiguas» baterías de hidruro de níquel-metal y recientemente han sido capaces de duplicar su capacidad, igualando a las de ión-litio. No sólo han igualado: en sus planes está mejorar esta capacidad hasta ocho veces más, gracias a una nueva micro estructura de los materiales empleados. Y aun coste de unos 129€ por kilovatio/hora, aproximadamente la mitad del coste de la de ión litio para un híbrido actual. A ello hay que sumar las ventajas clásicas de las baterías de hidruro de níquel-metal: más duraderas y más seguras, al no llevar líquidos inflamables dentro. Además, se calientan menos, lo que implica menores costes y pesos al simplificar sus sistemas de seguridad y refrigeración. Se han alcanzado, por ahora, con estas baterías, los 140 vatios/hora por kilo de batería. Una de litio es capaz de alcanzar los 230 vatios/hora por kilo, pero hay que calcular el peso suplementario de esos sistemas de refrigeración y también tener en cuenta que las baterías de litio necesitan guardar una reserva para reducir su desgaste prematuro. Un estudio reciente demostraba que la cantidad real de energía acumulada en este tipo de baterías de coches oscila entre los 60 y los 120 vatios/hora por kilogramo de peso, lo que las pone mucho más cerca de lo que consiguen las de hidruro de níquel-metal. Y todavía puede avanzarse más, cambiando los materiales de estas baterías, por lo que BASF continúa su investigación en este campo.