Todos sabemos que una cosa es el consumo homologado y otra muy diferente el consumo real de un coche. Y lo cierto es que siempre, siempre, el consumo real va a ser mayor que el homologado, independientemente de que el coche sea térmico, eléctrico o una mezcla de ambas tecnologías. En este caso, analizamos cuánto gasta un coche eléctrico en realidad.

¿Por qué los coches gastan más de lo homologado siempre? Bueno, en realidad es sencillo. Existe un ciclo de medición de los consumos idéntico para todos los coches que, en la actualidad, se conoce como WLTP (Worldwide harmonized Light vehicles Test Procedure). No es algo que haga la marca del coche, sino que es una prueba de homologación estandarizada que han de superar todos los coches para recibir su correspondiente homologación.
¿Qué ocurre? Pues es sencillo: todas las marcas saben cómo es la prueba, y todas preparan en cierta forma sus coches para obtener el mejor resultado. Además, es una prueba realizada en un banco de pruebas que simula una conducción real, pero eso luego no es completamente extrapolable a la realidad. Es como ir a un examen en el que te sabes las preguntas; si suspendes, es apra darte con la mano abierta. Por eso, en esa prueba en concreto el dato de consumo suele ser mucho mejor que el real.
¿Para qué sirve entonces ese dato de consumo homologado? En realidad, más que para saber cuánto gasta exactamente un coche, nos sirve para comparar las cifras de unos coches con otros. Si uno homologa un consumo de 10, por decir un número, y otro rival homologa uno de 15, siempre sabremos que el segundo en las mismas condiciones va a gastar bastante más. O eso debería ocurrir. Y eso por no citar ya las diferencias que se producen en la realidad en cuanto a conducción, climatología, orografía o, incluso, mantenimiento del coche, incluidas las presiones de neumáticos.
Por eso, en esta entrada vamos a analizar en consumo real de uno de los eléctricos más vendidos en los últimos años comparado con los datos oficiales. El objetivo no es decir si el dato oficial es cierto o no, que ya sabemos que no lo va a ser, sino saber cuánto se desvía el consumo real respecto a ese dato oficial para tener un dato más exacto sobre cuánto podríamos consumir con un eléctrico.

En este caso, hemos optado por el Renault Zoe, un urbano completamente eléctrico que ya lleva un buen tiempo a la venta. En la actualidad, existen tres versiones del Zoe a la venta. Dos Zoe R110 con 109 CV (80 kW) pero con una batería de 40 o de 50 kWh, y un Zoe R135 de 136 CV con la batería de 50 kWh. Vamos a optar por el más vendido, el R110, sin distinguir entre una u otra batería por una sencilla razón: los dos homologan el mismo consumo medio oficial: 17,2 kWh.
Para obtener el dato de consumo real, hemos acudido a la web Spritmonitor, que muestra los datos registrados por diferentes usuarios de ese mismo coche para calcular datos reales de consumo. Pues bien, como podéis ver en este enlace, el consumo medio real obtenido con los datos aportados por 32 usuarios de este coche es de 17,61 kWh/100 km. Ojo, porque este dato lo hemos obtenido a 7 de febrero de 2023, y lo normal es que vaya cambiando conforme estos usuarios vayan actualizando datos, o aparezcan más usuarios.
La cuestión es que, en este caso, la diferencia entre el dato de consumo real y el homologado es de sólo 0,41 kWh, un resultado que guarda cierta lógica si tenemos en cuenta que el Renault Zoe es un coche eminentemente urbano y que, en ese tipo de vías, los eléctricos son especialmente eficientes.
Traducido a coste, y dadas las grandes diferencias que existen entre las diferentes tarifas de luz, podemos decir que, en la actualidad, la media del kWh ronda los 0,20 euros. Eso significa que recorrer 100 kilómetros ‘reales’ con un Renault Zoe R110 saldría por unos 3,52 euros utilizando un poste de carga convencional como el que puede instalarse en una casa.
