Recurriendo al dicho español, podemos decir sin ningún tipo de problemas que, a Lucid Motors, definitivamente ‘le ha mirado un tuerto’. Y no lo decimos porque la marca californiana, a la que hace años muchos veían como el principal rival de Tesla en el mercado premium de coches eléctricos, sufriera años (y años, y años…) de retraso en el lanzamiento de su primer coche, el Lucid Air.
No en vano, la marca prometió que esta berlina llegaría al mercado en 2017, luego señaló que llegaría en 2020 pero, debido a la pandemia, finalmente lo hizo durante los últimos meses 2021 en EE.UU. Además, desde finales de 2022 se vende en Europa, pero sólo en Países Bajos y en Alemania; y a un precio que ronda los 200.000 euros.
Lo del tuerto lo decimos porque, ahora que la berlina Lucid Air lleva unos años en el mercado, las llamadas a revisión son casi casi, su pan de cada día. Por ejemplo, en julio de este año, la NHSTA, el organismo de seguridad vial estadounidense, llamó a revisión a un total de 6.360 unidades del Lucid Air por posibles problemas relacionados con el brazo de los limpiaparabrisas (que podía soltarse durante su uso), posibles pérdidas de potencia de sus motores y, también, un mal funcionamiento de su cámara trasera, que se desconectaba durante su uso.
Ahora la marca devuelve a saltar a la palestra por un problema que muchos podrían calificar de ‘casi nimio’, pero que, teniendo que ver con la seguridad de los ocupantes, es de esos que deteriora la imagen, y mucho, de cualquier empresa.
Lucid Air: un problema de software que hace que los asientos traseros se incendien
La historia de este fallo comienza el pasado 1 de agosto, cuando un propietario de un Lucid Air se percató del problema, al ver que el asiento trasero de su coche se había, literalmente, quemado. Lo puso en conocimiento de la marca quien, como respuesta, abrió una investigación… y, el pasado mes de septiembre, detectó otros tres casos; en uno de los cuales un propietario llegó a sufrir quemaduras en sus dedos tras tocar el asiento para comprobar qué estaba pasando.
El origen de esta deficiencia hay que buscarlo en el software de control de esta berlina: ciertas versiones del mismo desactivaban la monitorización activa de la temperatura de los asientos calefactables traseros cada vez que el coche se apagaba. Y esto hacía que los asientos se calentaran… hasta el punto de llegar a poder quemar los materiales de las butacas.
De hecho, la marca ha identificado que la mayor parte de estos incrementos de temperatura tenían lugar cuando el coche estaba desactivado, pero asimismo con la calefacción del asiento conectada; el cinturón del asiento, abrochado y, por último; el sensor de presión del asiento detectaba peso en el mismo.
Si bien parece un problema muy específico y casi casi desdeñable, esta cuestión toma mayor importancia dado que el Lucid Air se trata de un coche eléctrico y, en ellos, es más probable que los asientos estén ocupados mientras el coche no está en marcha; dada la necesidad de recargar sus baterías.
La solución era fácil, y la respuesta de la marca norteamericana ha sido inmediata. Lucid Motors modificó la versión de software que permite que la calefacción del asiento se quede encendida sin supervisión (ya la equipan los Lucid Air fabricados desde el pasado 9 de septiembre) y envió actualizaciones de software vía OTA a los posibles vehículos afectados.
Pero, dado que se trata de un problema que tiene que ver con la seguridad, y para forzar a sus clientes a actualizar el software de sus coches, Lucid Motors ha efectuado una llamada a revisión, por la cual solucionará el problema sin coste y, además, reintegrará el importe de la reparación a todos aquellos usuarios cuyos asientos traseros hayan sufrido cualquier desperfecto, incluso decoloraciones, debido a este fallo.