La crisis de componentes que llevamos sufriendo desde después de la pandemia ha provocado un hecho insólito en el mercado del automóvil: no hay coches nuevos. O los hay, pero llegan con cuentagotas, y la situación no parece que vaya a mejorar de forma notable durante los próximos meses. Es cierto que empiezan a llegar más coches nuevos a los concesionarios, pero también lo es que no son los suficientes como para terminar con las listas de espera de clientes que llevan meses esperando su coche, y menos aún para abastecer a toda la demanda nueva que se va generando de forma natural.

Con este panorama, la única realidad es que el stock de coches nuevos que tienen los concesionarios es prácticamente nulo, o está bajo mínimos, pues todo lo que entra desde fábrica sale de manera inmediata hacia su nuevo dueño. Y éste es, sin más, el gran motivo por el que ya no hay coches de kilómetro 0 ó coches KM 0.
Qué es un coche de KM 0
Otra cosa es que, en muchos anuncios, veamos que nos ofrecen coches de kilómetros 0 o coches KM 0. Por ese motivo, vamos a explicar primero qué es exactamente un coche KM 0 y de dónde proceden. Para empezar, hay que aclarar que, aunque te compres un coche completamente nuevo, nunca tienen coches 0 KM. Es imposible. Aunque sea sólo por el recorrido que hacen por la fábrica o para subirlos a un camión de transporte, un coche completamente nuevo suele tener entre 5 y 20 km. Pues bien, un coche KM 0 debe tener, precisamente, un kilometraje de ese tipo. Puede ser que sea 50, ó 60 kilómetros, pero nunca 1.000, ni 5.000 kilómetros. Si tienen esos kilómetros, hablamos de coches seminuevos, en ocasiones procedentes de coches de demostración, de dirección o cosas así, y suelen ser unas compras estupendas, pero no son coches KM 0.
¿Qué sentido tiene vender un coche km 0?
Llegados a este punto, uno puede empezar a pensar quién en su sano juicio matricula un coche completamente nuevo para venderlo a continuación como un usado sin más. Pues bien, esta maniobra se realizaba, y se realizará, siempre y cuando haya suficiente producción de vehículos como para tener un importante stock de coches sin vender. Cuando esto ocurre, interesa vender esos coches cuantos antes por varios motivos: eliminar el exceso de stock, matricular el coche antes de que acabe el año o, en la mayoría de los casos, lograr el rápel de ventas que se haya negociado con la marca. Es decir, y por poner un ejemplo sencillo sólo para comprender el concepto, supongamos que tú eres un concesionario Renault. Pues bien, si vendes 100 Clio al año, Renault te vende cada Clio a 10.000 euros, por decir una cifra; pues bien, si venden 500 Clio al año, Renault te los venderá a 8.000, por decir otra cifra, pero siempre mucho menor. Si no llegas a esas 500 unidades, no te hacen ese precio. A Renault, o la marca que sea, lo que en realidad le importa es que el coche se haya matriculado, y le da igual a quién mientras que se cumpla ese objetivo de venta. Así, al concesionario pierde menos dinero automatriculando el coche y vendiéndolo como coche km 0 que vendiéndolo como si fuese nuevo.
Con todo esto, ahora podemos comprender por qué motivo no hay coches km0. Otra cosa es que muchos comerciales de coches usados utilicen el reclamo de coches km 0 para referirse a coches seminuevos. Y, aunque suelen ser una compra excelente, lo cierto es que debemos tener claro que un coche que ha tenido algún tipo de utilización es un coche seminuevo, no un coche km 0.
[sf_btn type=»newsletter» txt=»¿Quieres recibir nuestra newsletter? Haz clic aquí» url=»https://news.luike.com/registro-autofacil-luike-news»]