El objetivo de este plan es reducir la contaminación en el área metropolitana. Las medidas también afectarán al puerto de Barcelona, al aeropuerto de El Prat, a actividades industriales y al consumo doméstico.

16 municipios de Barcelona limitan a 80 km/h la velocidad en sus carreteras

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Fuente: El MundoCon el protocolo de Kioto entre ceja y ceja, el Gobierno de José Montilla aprobó ayer las 73 propuestas de un plan de choque para reducir la contaminación. Plan que se dejará sentir en las principales vías del área metropolitana de Barcelona, donde la velocidad máxima permitida en las carreteras principales, autopistas y autovías se verá reducida a 80 kilómetros por hora.
Las vías que se verán afectadas -que forman la región más contaminante de Cataluña- comunican Barcelona con lo que el Govern denominó «primera corona metropolitana», que debe al transporte el 52% de las emisiones de partículas en suspensión y el 40% de las emisiones de dióxido de nitrógeno.El consejero de Medio Ambiente, el ecosocialista Francesc Baltasar, fue el encargado de anunciar el plan. Las 73 medidas influirán al devenir del puerto de Barcelona, del aeropuerto de El Prat, a actividades industriales e incluso al consumo energético doméstico, pero fue la limitación de velocidad la que provocó ayer más polémica, pues diversas asociaciones criticaron una medida que dificultará la movilidad sin garantizar una disminución en la emisión de gases.Para Lluís Bahamonde, presidente de Pimec en Barcelona, el problema es el mal funcionamiento de la red de Cercanías de Renfe: «Más de 100.000 personas cada día no cogerían el coche si Cercanías fuese bien», dijo. Y añadió: «La decisión de prohibir y sancionar es la más fácil… Ojalá pudiésemos ir a 80 kilómetros por hora».El secretario general de UGT de Cataluña, Josep Maria Álvarez, auguró que la normativa «aumentará las colas para entrar en Barcelona», impidiendo que se reduzcan las emisiones de gases. CCOO apostó por más autocares públicos, una mejor gestión de los peajes y una mejora en la red de Cercanías.El Real Automóvil Club de Catalunya (RACC), por su parte, mostró su «disconformidad» con la medida, y apostó por unos límites «variables» en el área metropolitana. El director técnico de la Fundación RACC, Pere Sauret, explicó que la entidad ya presentó en su día alegaciones al plan de la Generalitat, pero que no fueron del todo atendidas.