El encuentro se ha producido sobre el asfalto helado del centro de conducción de Molanda -Suecia- y apenas ha durado siete minutos. Sin embargo, es suficiente para comprobar que, a sus 68 años, Stig Blomqvist todavía es capaz de circular a más de 160 km/h por un tramo helado de apenas dos metros de ancho con una facilidad pasmosa. Este tipo no ha ganado el campeonato del mundo de rallys por casualidad.
En cuanto al Audi Sport Quattro, que conduce (la unidad que participó en el rally de Montecarlo de 1985) ¡¡es como ir subido en un cohete!! Su motor de cinco cilindros y 2.142 cc tiene 420 CV y, apoyado en la tracción total Quattro, impulsa los 1.050 kilos del Sport Quattro de forma descomunal. Sin embargo, lo más impresionante es su sonido: al ralentí es desacompasado y hasta algo decepcionante; pero, en cuanto Blomqvist acelera, un bramido tremendamente poderoso inunda el habitáculo, la válvula de descarga del turbo emite zumbidos cada vez más intensos y el Sport Quattro parece volar sobre el hielo. Y, de repente, Blomqvist pisa el embrague todo se detiene y en apenas un segundo vuelve a empezar de nuevo. Jamás imaginé que el Sport Quattro fuera tan rápido ¡¡ni que gastara entre 50 y 70 litros de combustible!!
¿Qué es lo mejor del Sport Quattro? «Este coche es como una madre, lo hace todo bien» responde Blomqvist. ¿Es el mejor coche que has conducido nunca? «Creo que sí». Dicen que a los pilotos de rallys no les gusta hablar mientras conducen y Stig es un ejemplo perfecto de ello. Lo cierto es que, a tenor de la coreografía que está realizando sobre los pedales, no le culpo. Está acelerando con el pie derecho y, antes de una curva de derechas, da un toque al pedal de freno, aplica un ligero contravolante y el Sport Quattro comienza a deslizar con una gran dulzura. Incluso, hay momentos en los que pisa los tres pedales al tiempo con la velocidad del rayo y una facilidad pasmosa.
Comparado con los modernos WRC, este Audi parece sacado del paleolítico: tiene indicadores analógicos, el diseño de los interruptores recuerda al de los ordenadores de los 80 y todo el salpicadero está lleno de fusibles. Tras ver esto, supongo que para los pilotos de rallys de la época, conducir un WRC con cambio secuencial y controles electrónicos debe ser aburrido.
Lo cierto es que el Audi Sport Quattro inició una nueva etapa en el mundo de los rallys. Fue el primer automóvil de tracción total que ganó un mundial y, desde entonces, ningún coche ha vencido el campeonato sin utilizarla. Eso sí, el Sport Quattro es un coche del Grupo B de rallys: brutal, simple, rapidísimo, sin ningún tipo de ayuda electrónica€ y en el que todo estaba en manos del piloto.
Cuando terminamos Blomqvist me pregunta si me ha gustado el recorrido. «¿Qué si me ha gustado? Cuando era un niño, un Audi Sport Quattro adornó las paredes de mi habitación, así que imagina».