Por todos es sabido que la situación de General Motors, desde que se tuviese que reinventar en 2009 tras una suspensión de pagos que acabó en los tribunales norteamericanos, no es la ideal. Pese a que en 2011 la nueva General Motors empezó a recuperar el liderazgo perdido tras su quiebra, la nueva multinacional americana, que se bautizó como General Motors Company, tiene que lidiar ahora con problemas de fabricación y llamadas a revisión que devuelven a la compañía de automoción a la actualidad.
En esta ocasión General Motors tendrá que responder a un delito de fraude en el Tribunal de Quiebras de Nueva York por decenas de demandas por parte de los clientes de General Motors por fallos en el sistema de ignición de sus vehículos que parece que la multinacional tenía presente pero que ocultó de manera ilegal a sus nuevos clientes.
Los demandantes, que no incluyen los afectados por accidentes sino sólo los que reclaman compensaciones económicas por pérdida de valor, quieren tener acceso a documentos internos de GM relacionados con el defecto en el sistema de ignición que permite que el motor se apague de forma imprevista en pleno funcionamiento.
El caso se inició en febrero de este año cuando GM anunció la llamada a revisión de unos 2,6 millones de vehículos para reparar este problema que según la propia compañía pudo haber causado la muerte de al menos 13 personas en accidentes relacionados con el defecto. 13 víctimas mortales que según la defensa colectiva podrían elevarse a un número superior a 200 pérdidas humanas. El fallo en el sistema de encendido provoca la parada del motor y la desconexión del sistema de airbag y otros equipos de los vehículos afectados.
A pesar de que GM descubrió el defecto hace más de una década, la empresa no avisó a los propietarios y no inició el proceso para reparar los millones de vehículos hasta principios de este año, lo que ha enfurecido a consumidores, legisladores y a las autoridades del Departamento de Transporte.
Es justo por esta razón por la que la nueva General Motors se enfrentará a una grave acusación de fraude que tendrá la responsabilidad de solucionar el juez Gerber, el mismo que atendió en 2009 la suspensión de pagos de la compañía norteamericana.
Por su parte, GM quiere que el tribunal dictamine que está exenta de toda responsabilidad económica por pérdida de valor ya que la empresa oficialmente se creó en 2009 de las cenizas de la «Vieja GM», tras la suspensión de pagos que reorganizó la empresa y supuso la desaparición de cuatro de las ocho marcas de la empresa.
Según el acuerdo alcanzado en 2009 y aprobado entonces por Gerber, la «Nueva GM» que opera en la actualidad sí es responsable legalmente ante las víctimas de accidentes ocurridos en los vehículos producidos antes de la suspensión de pagos.