
Por ello, en EE.UU. se está estudiando la implantación, en vehículos de menos de 4,5 toneladas, de cristales dobles laminados compuestos de tres capas: cristal-plástico-cristal. Así, en caso de impacto crean una -red de seguridad- que impiden que el pasajero salga despedido con violencia del vehículo.
Mientras que los cristales convencionales estallan, en el caso de los dobles laminados se forma una película que reduce el impacto de la cabeza, además de crear un sándwich entre el airbarg y la ventanilla para el pasajero. En EE.UU. los crash-test son los que han arrojado las conclusiones sobre los accidentes por vuelco (7.800 muertos cada año en EE.UU.) y por eso, la organización estatal sobre seguridad en automóviles (NHTSA) pretende, que en 2014, el 20% de los vehículos lleven este tipo de cristales y tres años después lo hagan la totalidad.
Además de los beneficios para la seguridad, los cristales laminados tienen otros, como la reducción del ruido en el interior, la mejora del control de la temperatura y la prevención de robos. Actualmente equipan este tipo de cristales modelos de Volvo, Audi, Lincoln y Buick entre otros.