
Así lo establece el Plan Nacional de Calidad del Aire, que se aprobará la próxima semana. Todos los coches, nuevos o en circulación, deberán llevar su correspondiente pegatina. Existen tres colores en función de lo contaminantes que resulten: Rojo, naranja o verde.
Junto a estas etiquetas, por primera vez Medio Ambiente instaura las Zonas Urbanas de Atmósfera Protegida (ZUAP). Cada ZUAP contará con un conjunto de normas especiales para contribuir a la calidad de su aire. Una de esas normas pondría trabas a la circulación de cierto número de coches. Cada municipio decidirá qué vehículos pueden acceder a las que se vayan a crear y qué sistema de acceso va a imponer. El Plan Nacional no recoge explícitamente el peaje, pero deja la puerta abierta al hablar ambiguamente de dichos sistemas. «Serán las ordenanzas municipales las que deban establecer las consecuencias efectivas del etiquetaje», dice Jesús Huertas, director general de Calidad y Evaluación Ambiental
Sin embargo, su entrada en vigor no va acompañada de la correspondiente partida presupuestaria, algo que genera incertidumbre en las administraciones locales. «Las medidas -continúa Huertas- se tomarán en función de las disponibilidades presupuestarias de cada administración». Se escuda especialmente en que no es competencia del Estado asignar un presupuesto a esta medida.
Otras ideas recogidas en el documento quedarían para casos extremos de contaminación ambiental: Son medidas coyunturales como limitar aún más la velocidad durante un periodo de tiempo. En definitiva, con este Plan se espera potenciar el transporte público y los vehículos eléctricos.
Por su parte, la Generalitat de Catalunya está preparada por si, para sorpresa de todos, el conjunto de medidas no se aprobara. El miércoles pasado presentó otro plan con su propio sistema de etiquetado, listo para entrar en vigor el año que viene si se trunca el del Gobierno Central.