También habrá cambios en el apartado mecánico: si el prototipo que vimos en París utilizaba un motor eléctrico en cada rueda para una potencia total de 780 CV, el modelo de producción ha optado por una configuración de híbrido de altas prestaciones, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos y de conseguir una punta de 320 km/h– pero con unas emisiones de CO2 de 99 g/km. Montará un propulsor de combustión y dos motores eléctricos -uno en cada eje-, con tracción a las cuatro ruedas y la posibilidad de funcionar en modo 100% eléctrico durante un total de 50 km.
El diseño se mantendrá sin cambios respecto al prototipo y utilizará un chasis ligero de fibra de carbono y tecnología heredada directamente de la competición. Esto es posible gracias a la colaboración con el equipo Williams F1, que trabajará codo a codo con Jaguar en el desarrollo del modelo de producción, sobre todo en lo relacionado con la aerodinámica, la tecnología híbrida y los compuestos de carbono, ¿tendrá algo parecido al KERS?
Según Carl-Peter Forster, CEO de Tata Motors, -Éste es el Jaguar del futuro. Una oportunidad para innovar como ésta, en el Reino Unido, es parte de las razones por las que Tata Motors decidió invertir en Jaguar, y es magnífico que productos como el C-X75 se conviertan una realidad-.
Jaguar ya acepta pedidos para el C-X75, a un precio que oscila entre los 789.825 – y los 1.015.575 -, según mercado.