El proyecto europeo de conducción autónoma SARTRE realiza su primera prueba real

El SAfe Road TRain for the Enviroment -o tren de carretera seguro para el entorno- es un proyecto capitaneado por el proveedor británico de componentes Ricardo que tiene como propósito desarrollar la tecnología necesaria para poner en circulación -trenes de carretera- autónomos, es decir, sin conductor. Estos ‘trenes de carretera’ -aunque al principio serán más bien trenes […]


El SAfe Road TRain for the Enviroment -o tren de carretera seguro para el entorno- es un proyecto capitaneado por el proveedor británico de componentes Ricardo que tiene como propósito desarrollar la tecnología necesaria para poner en circulación -trenes de carretera- autónomos, es decir, sin conductor.

Estos ‘trenes de carretera’ -aunque al principio serán más bien trenes de autopista- consisten en un vehículo ‘líder’ conducido por un conductor profesional a cuya estela se pueden ir sumando ‘seguidores’. Una vez que un coche se convierte en seguidor, el conductor puede desentenderse de la conducción: una serie de sensores de vídeo y radar se encargan de mantener la distancia con el vehículo precedente y de seguir su trayectoria. Simultáneamente, todos los vehículos del convoy se comunican por radio -Car to Car-.

En cualquier momento puede sumarse otro vehículo seguidor al tren, que de esta forma va ganando vagones. Y el conductor de cualquiera de los vehículos seguidores puede abandonar el tren de carretera en cualquier momento, ya sea cambiándose de carril o cogiendo una salida de la autopista -en ese caso, el hueco dejado en el convoy se reducirá paulatinamente y el tren adquirirá una nueva configuración, con un seguidor menos-.

La Unión Europea espera que SARTRE aporte ventajas en varios sentidos: que mejore la seguridad vial, eliminando parte de los errores humanso que derivan en un accidente, que reduzca las emisiones contaminantes en un 20%, que aumente la capacidad de las vías y que permita a los conductores aprovechar parte del tiempo que pasan en el coche para realizar otras actividades, como leer un libro, contestar correos…

Según los responsables del proyecto, esta forma de circular en carretera y autopista «podría ser una realidad en menos de diez años. En cambio, la aceptación por parte del público y la adaptación de la legislación de los 25 estados miembros llevará más tiempo».

El proyecto cuenta con financiación de la UE y en el participan las españolas Idiada y Robotiker-Tecnalia, el instituto alemán Kraftfahrwesen Aachen (IKA), el Instituto para la Investigación Tecnológica sueco y Volvo.

Puedes ver cómo funciona -y escuchar una buena explicación… en inglés- aqui.

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