Además del V60, Volvo ya está realizando los últimos test a la versión eléctrica del C30- y la está sometiendo a las mismas pruebas que al resto de modelos de la gama -alrededor de 200 test diferentes-. Esto supone sufrir los 20 grados bajo cero del norte de Suecia, dentro del Círculo Polar Ártico, unas condiciones extremas que tiene un impacto negativo en la duración de las baterías. Si en condiciones normales el Volvo C30 eléctrico tiene una autonomía de 150 kilómetros, a -10 ºC desciende a 90 km, mientras que a -33 ºC es de sólo 80 km.
En estas condiciones es importante mantener la temperatura del habitáculo, de las baterías, del motor y los componentes eléctricos, por lo que cuenta con distintos sistemas de climatización. Pero, a falta de motor de combustión para alimentar la calefacción, Volvo ha optado por un quemador que se nutre de un depósito de etanol de 14,5 litros.
Se mueve gracias a un motor eléctrico de 82 kW, equivalente a 110 CV, y requiere de ocho horas de recarga en un enchufe convencional para conseguir una carga completa de las baterías. Alcanza una velocidad máxima de 130 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos.