En el Boletín Oficial del Estado del pasado 30 de diciembre se publicó oficialmente que cinco direcciones generales se confiarían a personas que no hayan sido funcionarias de profesión; entre ellas, la Dirección General de Tráfico.
Sobre el papel, la Ley de Organización y Funcionamiento de la Administración Pública estipula que los máximos responsables de todas las direcciones generales tienen que ser funcionarios de carrera -sea en la administración del Estado, autonómica o local-, pero también recoge una excepción para aquellos casos en los que confluyan criterios de idoneidad o por las características específicas del cargo. Es a este apartado al que se acogería el nuevo Gobierno en el nombramiento para la DGT.
Así lo ha expresado el Ejecutivo, señalando que «la Dirección General de Tráfico tiene un carácter transversal a la sociedad y la economía del país en su conjunto, lo cual justifica que su titular no haya, necesariamente, de ostentar la condición de funcionario público. De esta forma es el sector privado, afectado por la actividad de la DGT, el que pone a disposición del Ministerio del Interior una experiencia y unos conocimientos complementarios a los que se dan en el sector público, fundamentales para dar un nuevo impulso y nuevas perspectivas a su actividad».
El actual director de la DGT, Pere Navarro, fue nombrado por el Gobierno socialista, procedente del Cuerpo de Inspectores de Trabajo. La web elantirradar.com cita fuentes internas del Ministerio del Interior: «La principal consecuencia del silencio del ministro [del Interior], después de dos meses desde la victoria del PP en las elecciones generales, es que mucha gente, dentro y fuera del organismo, tiene la sensación de que la interinidad [de Navarro] podría ser definitiva». Según este mismo medio, en el Ministerio se reciben gran cantidad de peticiones para sustituir al polémico Navarro cuanto antes, pero a éste le ha sido concedido un tiempo para encontrar nuevo destino profesional.
La lista de candidatos a sustituirle aún es amplia y desconocida, pero de ella ya se ha caído el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Pedro Calvo, que finalmente se queda en el equipo de Ana Botella.