Tom Collins asumió su nuevo reto el 26 de julio del año pasado, cuando partió de la Escuela de Conducción que Land Rover tiene en la localidad de Asheville (Carolina del Norte) acompañado de tres unidades prácticamente de serie del LR4 (nombre con el que se conoce al Discovery 4 al otro lado del Atlántico) y varios de sus fieles colaboradores con el objetivo de cruzar Estados Unidos de este a oeste por pistas de tierra, a lo largo de más de 8.000 kilómetros, durante casi un mes y a través de 10 estados.
La ruta perseguía el objetivo de dejar patentes las excelentes capacidades off-road del Discovery, pero también sirvió para que el guía e instructor que lideraba esta aventura pudiera re-descubrirnos los encantos de una de las rutas TT más largas y emblemáticas de EE.UU.
Las claves del LR4El LR4 es un modelo prácticamente idéntico al Discovery 4 que se vende en España; en este caso, se trataba de unidades de 2013, que no incorporan las modificaciones de los modelos de 2014, como el que puedes ver en nuestra prueba. |
Así que el recorrido trazado para esta aventura siguió los pasos del conocido Camino Transamericano (Trans America Trail), trazado por Sam Correro, un farmacéutico de Misuri amante de la conducción motociclista off-road y pionero en elaborar el primer mapa que atraviesa de costa a costa EE.UU. por caminos y pistas sin asfaltar.
Correro fue invitado a sumarse a la caravana el 2 de agosto y, acompañado de su fiel montura de dos ruedas, se convirtió durante unos días en un guía de lujo para los integrantes del convoy, a quienes dirigió a lo largo de su parte favorita del Transamericano: desde la cara este de las Montañas Rocosas de Misisipi hasta la frontera de Oklahoma.
Para Collins, la “Land Rover Expedition America no podría haber ocurrido sin Sam y sus 30 años de investigación. Es un honor que se haya unido a nosotros por unos días”.
Con Correro liderando la ruta, el grupo disfrutó de la América más rural y pintoresca al atravesar Misisipi y fue testigo de la importancia histórica que el estado del sureste americano tiene en el desarrollo del blues. Un apasionado del género musical del genial B. B. King, el actor Morgan Freeman, también formó parte de la aventura.
El trío de LR4 se dejó caer por el Clarksdale Ground Zero Blues Bar, un local propiedad del oscarizado actor por su papel secundario en Million Dollar Baby (2004), a quien tuvieron la ocasión de conocer, así como al renombrado músico de blues James “Super Chikan” Johnson, conocido por su habilidad para fabricar guitarras con latas de gasolina, las mismas que llevaban los protagonistas de esta crónica para alimentar a sus vehículos en los tramos en los que no tenían ningún surtidor a la vista.
Después de esta pausa “urbanita”, Correro llevó al trío de off-roaders a buen ritmo bajo un sol de justicia (38 ºC) hasta el río Misisipi y, tras cruzarlo, les guió hasta el punto más meridional de la jornada, la localidad de Helena, en Arkansas, situada a tan solo unas horas al norte del Golfo de México.
En tan solo un día, el gran conocimiento y experiencia sobre el terreno de Correro condujeron a los expedicionarios con sabiduría y seguridad en zigzag por las estrechas y escarpadas montañas de Ozark, que, al igual que las montañas de Smoky, han sido el lugar de aprendizaje de algunos de los pilotos de carreras más precoces de Estados Unidos.
Sam invirtió sus últimos kilómetros al frente de la caravana decidiendo cómo afrontar de la mejor manera los deslaves traicioneros que dirigen a Alma (Arkansas).
Sorteó los pasos por los barrancos cual equilibrista a lomos de su “corcel”, mientras que los LR4 se valieron del sistema Terrain Response para bordear los agujeros de la roca y sobrepasar los árboles caídos que encontraron en su camino sin incidentes reseñables.
El ecuador del viaje
El 7 de agosto, después de dos zonas horarias, 3.120 km y ocho estados, los tres modelos de la expedición alcanzaron el ecuador de la misión cerca de Colorado Springs (Colorado). Para llegar a este punto, tuvieron que dejar atrás largas jornadas por caminos de tierra, pistas pedregosas y senderos deslizantes atravesando la vasta extensión de las Grandes Llanuras por carreteras secundarias en las zonas más remotas del norte de Oklahoma, el sur de Kansas y el extremo noreste de Nuevo México.
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A lo largo de 8.000 kilómetros siempre hay sorpresas, como los enormes camiones Mack que recorren las pistas cercanas a los aserraderos y que, por supuesto, tienen siempre la prioridad. | ![]() |
Después de cruzar el famoso Camino de Santa Fe, ya en Colorado, la llanura sin fin terminaba abruptamente con la llegada a la pared oriental de las Montañas Rocosas, punto en el que la cumbre de 4.267 metros del Pike se alzaba en el horizonte como un faro para la tripulación del convoy. Llegados a Colorado Springs, los aventureros hicieron una pausa en el camino para disfrutar durante cuatro días de un espectáculo difícilmente accesible en otra época del año por la cantidad excesiva de nieve que suele haber: escalar pases de montaña espectaculares por las Rocosas.
Superada esta exigente prueba, tocó imbuirse de la América más rural en una feria vaquera en la que los embarrados LR4 cautivaron las miradas de no pocos visitantes que acudieron al lugar al reclamo de los tractores exhibidos en el evento.
Enlaces de interésDurante la travesía, los tres vehículos iban equipados con la tecnología adecuada para poder compartir en todo momento con los numerosos seguidores de esta aventura sus actualizaciones sobre la evolución del viaje en redes sociales y a través de un blog. Te mostramos una selección de algunos de los datos compartidos que nos han gustado especialmente para que te hagas una idea más aproximada que cómo fue el reto: Tom Collins es el experto que fue elegido por Land Rover para dirigir la expedición. En esta entrevista cuenta su visión sobre un reto que, en sus propias palabras “va a ser salvaje”: El siguiente link te lleva a un vídeo que resume el porqué de esta apuesta cruzando de este a oeste EE.UU. a través del Trans America Trail y te muestra a algunos de los personajes que también fueron protagonistas de la aventura, así como el paso de los 4×4 por algunos tramos realmente complicados. El famoso Trans America Trail con todo lujo de detalle lo tienes aquí: Y no dejes de leer la biografía del farmacéutico amante de las motos y el off-road al que los aficionados al 4×4 le debemos la hazaña de trazar el Trans America Trail: Sam Correro. Aparte de datos sobre su afición, en el enlace que verás un poco más abajo también encontrarás un vídeo en el que se ve a Sam disfrutar de lo lindo de su “montura” y del paisaje que le acompaña durante su travesía. Este es el blog en el que los expedicionarios subieron posts para contar a sus fans cómo les estaba yendo. Si te vas un poco atrás en el tiempo, en las publicaciones realizadas a finales de julio, agosto y principios de septiembre de 2013, verás fotos muy chulas y datos curiosos sobre la ruta. Si en Twitter te mueves como pez en el agua y te apetece curiosear, este es el hastag utilizado por la organización en esta red social para narrar el progreso del convoy: #LRExpeditionAmerica; y esta la cuenta de Twitter oficial que Land Rover utiliza para compartir información con sus seguidores sobre las novedades relacionadas con sus modelos: Aquí puedes encontrar fotos, fotos y más fotos de decenas de momentos para el recuerdo: El Black Bear Pass fue uno de los accidentes geográficos que mayores complicaciones plantearon a los expertos que manejaban el volante de los LR4. En este enlace comprobarás por qué. Aquí está la página oficial del LR4 en Estados Unidos… Con mil y un datos sobre el Discovery 4 del otro lado del Atlántico: Si tienes ocasión de dejarte caer por Misisipi, no dejes de visitar el Ground Zero Blues Club; si puede ser, de miércoles a sábado por la noche. Allí tendrás ocasión de disfrutar de lo mejorcito de las bandas de blues típicas de este rincón del sureste americano. |
Ya en Kansas, los miembros del grupo capitaneado por Tom Collins tuvieron ocasión de aprender a producir vino a pesar de las adversidades climáticas de las Grandes Llanuras.
Y es que el mal tiempo acompañó a la expedición desde su paso por Misisipi, con temperaturas de 40 ºC, carreteras inundadas, alertas de tornados y tormentas eléctricas desafiantes.
Los tres LR4 de serie contaban únicamente con accesorios oficiales: un kit de cabrestante de fábrica, un portaequipajes y un cubrecárter. Al ser preguntado por qué los vehículos no se modificaron para afrontar el viaje con tranquilidad, Collins explicó que «hacer esto en vehículos de serie es importante porque demuestra claramente las capacidades que tiene el LR4 que cualquiera puede adquirir en su concesionario local».
Ruta 66
Uno de los momentos más destacados del tramo que discurría a través de Oklahoma fue cruzar la Ruta 66 al noreste de Tulsa, en White Oak. La legendaria carretera recorre más de 3.860 kilómetros desde Illinois hasta California y es la ruta en la que se forjaron los sueños de numerosos expedicionarios que tomaron rumbo al oeste en busca de una vida mejor hace unas décadas.
El Camino Transamericano, por el que se guiaban los miembros de la Land Rover Expedition America, tiene el doble de longitud que la Ruta 66 y, en muchos aspectos, se acerca más a la experiencia que vivieron los pioneros del siglo XIX en sus carros al cruzar este inmenso país que la 66, ejemplo de la migración hacia el oeste llevada a cabo por tantos miles de personas en el siglo XX.
La siguiente parte del viaje condujo al trío de 4×4 a realizar ascensos de más de 3.650 metros por las Montañas Rocosas, la mayor barrera física a la que tuvo que enfrentarse la caravana de modelos británicos: desde Trinidad, en la frontera con Nuevo México, hacia el noroeste a través de Lake City y Telluride.
Durante el tránsito por este recorrido, emularon a los pioneros del pasado al mando de sus diligencias pero con una “leve” diferencia: mientras las cabalgaduras que tiraban de las diligencias lograban recorrer una media diaria de unos 16 km, los “caballos” del siglo XXI cubrieron algo más de 20 veces esa distancia en cada jornada.
Desde lo alto de la montaña conocida como Black Bear Pass (el Paso del Oso Negro), de más de 3.200 metros de altitud sobre Telluride (Colorado), el camino descendía hacia la población a lo largo de una cara muy escarpada donde aún quedaban resquicios del invierno en forma de nieve.
La superficie de roca y pizarra resbaladiza aportó una sobredosis de peligro a la jornada, que culminó con éxito gracias a que los expertos conductores duplicaron su precaución y a que sus respectivos vehículos no les pusieron ni un pero.
El avance fue lento pero seguro, estrategia que les valió para plantear el paso por Utah cargados de optimismo y energías.
Para atravesar Utah, siguieron el Trans-America Trail, que transcurría a tan solo unos cientos de metros de la interestatal 70, por pistas de arena interminables que formaban parte del reto.
Durante esta etapa, atravesaron el Black Dragon Canyon (Cañón del Dragón Negro) con la adrenalina por las nubes por culpa de las numerosas rocas afiladas que amenazaban con frecuencia la integridad de los neumáticos, la compañía inevitable de serpientes de cascabel y el riesgo permanente de inundaciones.
Cada Discovery progresó de manera constante a la velocidad de un paseante, mientras pinturas rupestres de hace miles de años vigilaban sus movimientos desde su posición al borde de las paredes del cañón.
Con la suspensión neumática elevada y el sistema Terrain Response en posición de Piedras, los ocupantes de los tres coches con tracción total trialearon durante 14 horas a través de Utah.
Última etapa
El tiempo lo es todo en una expedición. Apenas dos horas después de que la Expedición dejara Utah, el itinerario que debían seguir fue arrasado por un río crecido cuyas aguas corrían a la altura de la cabeza a unos 32 km/hora.
La inundación fue el resultado de la intensa tormenta que azotaba la localidad de Salina, muy cercana al punto en el que se encontraban los aventureros.
A la conclusión de esta etapa “pasada por agua”, el calor del desierto de Nevada esperaba amenazante a los equipos, que debían seguir su avance hacia el oeste de Carolina del Norte con la brújula indicando dirección a Oregón.
Los días por las tierras secas de Nevada impusieron un nuevo ritual al grupo: la limpieza de los filtros de aire de los vehículos asiduamente para evitar que el polvo y la arena frustraran el estupendo rendimiento ofrecido hasta ahora por los LR4.
La marcha siguió su curso sin incidentes por las tierras duras a la par que hermosas de Nevada, en cuya localidad de Eureka, a unas cinco horas de Las Vegas, la organización de la Expedición tenía reservada una agradable sorpresa a los integrantes del equipo.
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El club de blues propiedad de Morgan Freeman (Clarksdale, Misisipi) y el paso del Oso Negro (Colorado) fueron dos hitos de esta ruta. | ![]() |
La Opera House de esta pequeña población de unos 10.000 habitantes abrió sus puertas para acoger la voz privilegiada de la artista y cantante de ópera Nicolette, que deleitó a los afortunados viajeros y al resto de público asistente con un concierto íntimo y único.
Con la profunda e intensa voz de la artista natural de Los Angeles aún acariciando sus tímpanos, los miembros del convoy emprendieron de nuevo el viaje a través de partes remotas del sudeste de Oregón, donde sortearon el último accidente geográfico de importancia, la conocida como la Cordillera de las Cascadas (Cascade Range). Tras esta etapa, les esperaba la meta: North Bend (Oregón); y la recompensa: haber demostrado la gran capacidad de las tres unidades “prácticamente” de serie protagonistas de la aventura.