Para llegar a este acuerdo, FIAT ha tenido que negociar con el sindicato UAW que, bajo su agrupación de empleados retirados VEBA, todavía poseía parte del accionariado de la empresa. VEBA pretendía, hasta el cierre definitivo de la operación, obtener más de 5.100 millones de dólares por las participaciones de la compañía que aún poseía.
Gracias al acuerdo suscrito, FIAT pagará 1.700 millones de dólares en efectivo por la operación, mientras que los 1.800 restantes se abonarán en acciones de la propia Chrysler. Además, la marca italiana aportará, en cuatro pagos anuales, 700 millones al sindicato de antiguos trabajadores de la firma estadounidense.
FIAT ha anunciado que no necesitará llevar a cabo una ampliación de capital para hacer frente a la operación, ya que en la actualidad cuenta con liquidez suficiente como para abonar esta cantidad.
Gracias a la fusión total de Chrysler con FIAT, ambas empresas formarán el sexto grupo automovilístico más importante del mundo por volumen de ventas, y permitirá, entre otras cuestiones, abordar el relanzamiento de la marca Alfa Romeo en el mercado estadounidense.