Ford B-Max

Ford B-Max, el sustituto del Fusion

En un cuerpo de sólo 4,06 metros de longitud -sólo 11 cm más que un Fiesta-, el B-Max ofrece una alternativa más compacta a los nuevos C-Max y Grand C-Max, cuyo diseño está más que presente en el nuevo inquilino de esta gama de monovolúmenes. En cierto modo, el B-Max recuerda a una versión reducida […]


En un cuerpo de sólo 4,06 metros de longitud -sólo 11 cm más que un Fiesta-, el B-Max ofrece una alternativa más compacta a los nuevos C-Max y Grand C-Max, cuyo diseño está más que presente en el nuevo inquilino de esta gama de monovolúmenes. En cierto modo, el B-Max recuerda a una versión reducida del C-Max -32 cm mayor-, con un frontal y un perfil prácticamente idéntico. ¿Su objetivo? Conseguir mayor notoriedad en el segmento de los monovolúmenes de vocación urbana, donde tendrá que luchar contra los Renault Grand Modus (4,03 m), Citroën C3 Picasso (4,08 m) o Nissan Note (4,10 m).

A pesar de su tamaño compacto, Ford ha tirado de ingenio para que el acceso al interior del vehículo y su utilización se acerque -e incluso supere- al de coches más grandes. De este modo, el B-Max elimina el pilar central (pilar B) y opta por una puerta corredera en las plazas traseras, de manera que con las dos puertas abiertas quede espacio suficiente para entrar y salir con comodidad, instalar una sillita infantil o cargar equipaje de gran tamaño. Aunque la solución es muy plausible, el B-Max aún se encuentra en fase de desarrollo -aunque muy avanzada-, así que todavía tenemos que esperar para conocer si el modelo de producción utilizará este sistema.

El apartado mecánico también nos depara alguna sorpresa. Junto a los conocidos 1.6 TDCi y 1.6 Ti-VCT, también tenemos que hablar del nuevo motor 1.0 EcoBoost de tres cilindros, con inyección directa, turboalimentación y función Stop/Start, con la posibilidad de ser acoplado a la caja de cambios secuencial de doble embrague y seis marchas PowerShift.

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