
El Mustang Shelby GT500 no sólo es el Mustang más rápido de la historia, sino el vehículo de producción más rápido y potente jamás producido en Estados Unidos. Allí ya está a la venta, y por eso la marca envió uno a Gran Bretaña para darlo a concoer en tierras europeas.
Por fuera, las diferencias con un Mustang convencional se basan en el agresivo splitter frontal, la cuádruple salida de escapes y las llantas de aluminio forjado.
El GT500 mantiene el motor 5.8 V8 del Mustang, pero gracias a la incorporación de un compresor, su potencia aumenta hasta los 671 CV, con 813 Nm de par máximo. Unas cifras con las que los pilotos invitados pudieron subir la tortuosa colina de Goodwood desahogadamente. Además, con esta mecánica, por primera vez un Mustang supera la barrera mágica de las 200 millas por hora (322 km/h).
Entre los cambios más destacables que le permiten semejante rendimiento está la suspensión ajustable, las pinzas de freno Brembo de seis pistones en el eje delantero y una transmisión manual de seis velocidades revisada para soportar la potencia superior. Y, apropiadamente para Goodwood, el Shelby GT500 también cuenta con control ajustable de arranque en pendiente.