Greenpeace «lanza» un coche contra el Museo Reina Sofía

Aprovechando la celebración de la Semana Europea de la Movilidad, Greenpeace ha realizado una acción para demandar que los coches diésel y gasolina "sean historia en diez años". La organización ha representado el "lanzamiento" de un coche contra el Museo Reina Sofía de Madrid.


A lo largo de estos días se está celebrando la Semana Europea de Movilidad y, aprovechando este marco, los activistas de Greenpeace han «lanzado» un coche al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid para reivindicar la desaparición de los coches diésel y gasolina a corto plazo. Concretamente, la organización reclama que «sean historia en diez años» a través de pancartas con los lemas: «2028: Coches contaminantes al museo» y «2028 ni diesel, ni gasolina».

Lo cierto es que en ningún momento se lanzó un coche contra el Museo Reina Sofía, pero los activistas consiguieron recrear esta acción con el objetivo de atraer todas las miradas y explicar que, si se pretende que la temperatura del planeta no suba más de 1,5 grados, los motores de combustión deben desaparecer en menos de diez años. Greenpeace ha llegado a esta conclusión tras lanzar un estudio realizado por el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) en el que también se analizan los efectos de los cambios políticos y tecnológicos sobre la cantidad y los tipos de automóviles vendidos, así como su vida útil.

Reducir el stock total de automóviles

Greenpeace Museo Reina SofíaPartiendo del parque móvil actual y de los tipos de coches que se venden a día de hoy, dicho estudio plantea varios escenarios y muestra los resultados obtenidos en materia de emisiones de C02 y de impacto medioambiental. Según el informe, el número de automóviles diésel y de gasolina en las carreteras europeas deberá reducirse en más de un 80% para 2035 para preservar el planeta. El objetivo de Greenpeace es que desaparezcan todos los coches con motores de combustión, tanto los diésel, como los de gasolina e híbridos; también apuesta por la movilidad eléctrica compartida «con el fin de reducir rápidamente la propiedad de automóviles y, por tanto, el stock total de automóviles«.

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«La eliminación progresiva del motor de combustión interna no solo beneficiará al clima, sino que también ayudará a resolver la crisis de contaminación del aire y mejorará la calidad de vida«, ha manifestado Raquel Montón, responsable de movilidad de Greenpeace. «Es un ambicioso reto para la industria del automóvil europea y española, pero no aceptarlo significa condenar a la desaparición a su sector, junto con la sentencia de muerte del clima«.

Llamada de atención a los fabricantes y al Gobierno

Por otro lado, Greenpeace considera que «poner una fecha límite al motor de combustión es una llamada de atención a los fabricantes para que reconviertan su industria en un modelo sostenible y no contaminante, antes de que el mercado europeo busque en otro lugar esta producción que, en España, representa más del 10% del PIB«. Sin embargo, la organización ecologista recuerda a la ministra de Transición Ecológica e Industria, Teresa Ribera, que «la movilidad y el transporte no son sólo asunto de fabricantes y sindicatos, también es un tema ambiental de primera magnitud y en sus propuestas participativas deben verse representadas«.

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