El gobierno holandés ha presentado un plan para prohibir la venta de vehículos diésel y gasolina a partir de 2030, siguiendo los pasos dados en los últimos meses por otros países como Reino Unido o Francia. El objetivo de esta nueva medida es rebajar las emisiones contaminantes del país.
Comparado con Francia o Reino Unido, Holanda va a un paso por delante en lo que respecta a la industria del automóvil eficiente. Su modelo se asemeja al de los países nórdicos y actualmente el 6,4% de los coches que circulan por las calles del país son vehículos eléctricos. Además, sus ventas se han incrementado un 47%.
Holanda ha experimentado este crecimiento en las ventas de vehículos eléctricos debido, en gran medida, a las generosas ayudas que el gobierno del país proporciona a todos aquellos consumidores que quieren disponer de uno de estos vehículos eficientes.
El plazo fijado por Holanda para que todos los fabricantes dejen de vender coches propulsados por diésel y gasolina es 2030, pero en otros países de Europa, estas medidas podrían llegar incluso antes. Es el caso de Francia y, concretamente, París, una de las ciudades más involucradas en esta lucha.
De hecho, París se convirtió en la primera gran capital europea que se puso seria en lo que a contaminación automovilística, prohibiendo circular por el centro de la ciudad a los coches diésel matriculados antes de 1997. A esto hay que sumar que hace pocos días, el Ministro de Ecología francés, Nicolas Hulot, anuncio el fin de la venta de vehículos de gasolina y diésel en 2040.
Con todas estas medidas que están teniendo lugar en diferentes puntos de Europa, parece claro que la industria del automóvil se encamina casi de forma única y exclusiva a los coches eléctricos. ¿Desaparecerán los motores de combustión tradicionales?