La pista más exigente del planeta sólo acepta a los vehículos mejor preparados para ponerlos a prueba a lo largo de sus 22,8 kilómetros y en la que muchos definen a día de hoy como El Infierno Verde (por encontrarse en medio de un frondoso bosque). Una consecución de curvas, rectas, cambios de rasante, superficies con diferente adherencia que hace que solamente los mejores salgan victoriosos. Y para que el resultado haya sido el que verás en el vídeo, Hyundai ha invertido más que nunca en desarrollar y perfeccionar su berlina de lujo.
Cada curva puso a prueba el nuevo sistema de tracción integral Htrac, que sirvió al Genesis para obtener el máximo agarre. El control de tracción, seleccionado en modo Sport, unido a la suspensión adaptativa, proporcionó una excelente estabilidad en la complicada pista alemana.
El motor de gasolina e inyección directa 3.8 V6 Lambda, con 315 CV y 395 Nm de par, empujó al máximo durante todo el recorrido y, gracias al cambio de ocho velocidades, la transición entre marchas fue rápida y precisa.
El chasis, desarrollado conjuntamente con el fabricante de deportivos y Fórmula 1 británico Lotus, permitió forzar los límites del coche al máximo… pero sin perder en ningún momento seguridad. El nuevo Genesis ha sido probado, ajustado, vuelto a probar y reajustado hasta alcanzar los máximos estándares de calidad, manejo, respuesta, confort y fiabilidad.
El Genesis es una berlina del segmento E (alta gama) que se vende ya en Norteamérica, Latinoamérica, China, Australia, Corea del Sur y que en breve llegará al mercado europeo. Su estructura ha sido fabricada en acero de alta resistencia y su gama de motores se centrará en el 3.8 V6 Lambda, con 315 CV y un par de 395 Nm. En Estados Unidos existe otra mecánica de cinco litros y 425 CV muy demandada en aquel mercado.
El Genesis dispone de un amplio equipamiento de serie y opcional, en el que destacan el novedoso sensor de C02 (activa automáticamente la ventilación cuando detecta una concentración determinada de dióxido de carbono en el habitáculo), la suspensión adaptativa, sus nueve airbags o el equipo de audio Lexicon, ganador del premio Grammy por su aplicación al mundo del automóvil (dispone de 17 altavoces y audio Logic 7 Surround).
El circuito de Nürburgring es un autódromo ubicado alrededor del pueblo y castillo medieval de Nurburgo, en las montañas Eifel, Alemania. Su trazado original se concibió como lugar de pruebas de las marcas alemanas de automóviles.
Diseñado por Otto Creutz, su construcción se inició en septiembre de 1925, y ya en 1927 albergó el Gran Premio de Alemania de F1 y el Gran Premio de Alemania de Motociclismo. En aquella época existía un trazado completo de 28,3 kilómetros con un ancho de 6,7 metros. Estaba formado por dos secciones: la sur, Südschleife, de 7,5 kilómetros; y la norte, Nordschleife, de 22,8.
Considerado el circuito más difícil y agotador del mundo, se conoce como Grüne Hölle o «infierno verde», apelativo inventado por el piloto de Fórmula 1 Jackie Stewart.
En 1929 se utilizó por última vez el circuito completo en Grandes Premios, y se pasó a utilizar el Nordschleife.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el Gran Premio de Alemania retornó y permaneció allí durante décadas, incorporándose al Campeonato Mundial de Fórmula 1 en 1951. A finales de los años 60, la pista era cada vez más peligrosa debido al aumento constante de velocidad de los Fórmula 1, por lo que en 1970 el Gran Premio de Alemania se mudó temporalmente al Hockenheimring mientras se reconstruía la sección norte. Se eliminaron obstáculos y se instalaron barreras de seguridad. Pero esto fue suficiente por pocos años: en 1976 la pista ya no cumplía con las nuevas regulaciones de seguridad y, por sus dimensiones, tampoco se adaptaba a las retransmisiones de televisión, ya que era imposible cubrir el recorrido entero mediante cámaras. Un accidente casi fatal de Niki Lauda, uno de los mayores oponentes al circuito, precipitó la salida de Nürburgring de las competiciones de Fórmula 1.
Entre 1981 y 1984 se reconstruyó el circuito, en parte sobre el antiguo trazado y con una longitud reducida a 4,5 kilómetros. Gracias a ello en 1985 volvió a formar parte del calendario de la Fórmula 1, pero la carrera de ese año fue un completo fracaso en audiencias, por lo que fue excluido al año siguiente, siendo reemplazado por el Gran Premio de México.
Actualmente el trazado original se utiliza por diferentes marcas para realizar test de resistencia y velocidad de sus modelos y también para Las 24 Horas de Nürburgring.