¿Te imaginas una batería hecha de colillas de cigarro?

Cada minuto cientos de miles de colillas se desechan en todo el mundo sin saber que tiene un potencial energético tan grande que sirven para fabricar baterías. De momento se han aventurado a experimentar con las de los teléfonos móviles pero ¿podrá dar el salto al sector del automóvil y ahorrar costes en la fabricación de vehículos eléctricos?


El planeta tierra sufre a diario con los miles de millones de toneladas de desechos que se vierten pero mirando el lado bueno de las cosas, muchos de ellos se pueden reutilizar para obtener energía. El último caso es el de un estudio que ha revelado el potencial energético de los residuos de tabaco.
Los investigadores han demostrado que los filtros de los cigarrillos usados sirven para hacer supercondensadores y así emplearlos en las futuras baterías de portátiles, smartphones y por qué no, también de vehículos eléctricos. Aunque parezca inverosímil, las colillas que se desechan a miles por todo el mundo poseen una altísima eficiencia energética, superior incluso a la de los prometedores nanotubos de carbono o el grafeno. Esta es la conclusión de un estudio llevado a cabo por la Universidad Nacional de Seúl, que buscaba una salida a este residuo no biodegradable.
Los investigadores sometieron los filtros de las colillas a un proceso químico denominado pirólisis, para descomponerlas y obtener un material híbrido de carbono con una estructura rica en microporos, idónea para la fabricación de supercondensadores. De confirmarse su potencial con nuevos ensayos, estaríamos ante una doble solución al problema del rendimiento energético de las baterías y al problema del impacto de los cigarrillos usados sobre el medioambiente. Ahora solo faltaría ver si serían igual de efectivos en el sector de la automoción.

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