
Quizá los más puristas vean con malos ojos esta jugada de la compañía británica, aunque el director general de la marca, Phil Popham, defiende esta jugada: -Se trata de buenas noticias para la compañía y para nuestros clientes. Una opción de tracción a dos ruedas representa una forma más de incrementar la eficiencia de nuestros vehículos. Mientras crece la gama de Land Rover y sus clientes objetivos, continuaremos fabricando los todoterrenos más exclusivos del mundo para aquellos clientes que requieran tracción a las cuatro ruedas, pero también ofreceremos una alternativa a aquellos que no la necesitan-.
De manera paralela a la introducción de versiones 4×2, Land Rover trabajará en la reducción de peso, la reducción de pérdidas parásitas y el aumento de la eficiencia.
También habrá versiones híbridas
Un poco más adelante, en torno a 2013, estará en la calle el primer híbrido de producción de Land Rover, cuyo prototipo podremos ver un año antes. Lo más interesante de esta hibridación es que la marca promete la conjunción de un motor eléctrico con uno diésel, en lugar de uno de gasolina, que es lo habitual en estos momentos. Ya a finales de este año Land Rover probará un prototipo híbrido diésel, el -range_e-, montado sobre la plataforma del Range Rover Sport y con un motor TDV6 de 3.0 litros. La transmisión será una automática ZF de 8 velocidades.
El objetivo de Land Rover es que pueda funcionar alrededor de 30 km en modo únicamente eléctrico, que emita menos de 100 g/km y que alcance una velocidad máxima de 193 km/h.