Los coches del Titanic: ¿Invención o realidad?

El día que se pueda recuperar lo que contiene el interior de los restos del Titanic, será un día muy feliz para los amantes de los clásicos. Según los planos del barco, el compartimento en el que viajaban los coches embarcados estaba situado en su parte delantera, precisamente la que mejor se conserva en el […]


Titanic

El día que se pueda recuperar lo que contiene el interior de los restos del Titanic, será un día muy feliz para los amantes de los clásicos. Según los planos del barco, el compartimento en el que viajaban los coches embarcados estaba situado en su parte delantera, precisamente la que mejor se conserva en el fondo del mar.

De todos los vehículos que se esconden en los restos del Titanic, sólo conocemos con total seguridad un modelo: El Renault Towncar, una berlina de cuatro puertas para clientes de alto nivel económico, con un motor de seis cilindros en línea que tenía 7.539 centímetros cúbicos y entregaba 35 CV. Se sabe de su existencia porque su dueño, William Carter, fue uno de los supervivientes de la tragedia. Para la película «Titanic», James Cameron ordenó la construcción de una réplica exacta, basándose en los documentos que conservaba Carter. En una escena de la película, Leonardo di Caprio y Kate Winslet lo aprovecharon para retozar dentro de él.

Renault Towncar

Eso sí, que nadie espere encontrar los coches en buen estado. Después de cien años en el fondo del mar, la oxidación habrá pasado factura. Además, hay que tener en cuenta que la inclinación de la proa del Titanic mientras se hundía llegó a ser casi vertical, así que unos vehículos chocarían contra otros. Gilbert Bureau, especialista del Veteran Motor Car Club of America, cree que hoy en día la pintura y los neumáticos del Renault tienen que haber desaparecido, pero que tanto el motor como la carrocería y el interior podrían restaurarse.

Delauney Belleville

En cuanto al resto, Bureau entendía en un artículo publicado en el año 2000 que la mayoría de los coches embarcados tenían que ser europeos, y apunta a modelos como el Delauney Belleville -un vehículo francés al que se podía equipar literalmente a la carta- y el Mercedes Coupé Chauffeur. Lo cree así porque en aquella época era de buen gusto entre las clases acaudaladas estadounidenses dejarse ver con un coche del Viejo Continente.

El coche que nunca llegó a embarcar

Brush Runabout

El Brush Runabout debería haber conocido el compartimento del Titanic que ahora permanece hundido en el Atlantico. Este vehículo había sido creado en 1909 por los hermanos Alanson y William P. Brush, y en 1912 decidieron presentárselo al público europeo. Su viaje a Europa iba a ser a bordo del Titanic, pero el transatlántico naufragó justo en su travesía previa a aquella en la que el Brush Runabout iba a embarcar -de Nueva York a Londres-. Al final, el coche vino a Europa en el barco gemel0 del Titanic, el Olimpic.

Se trataba de un modelo muy innovador para su época, ya que fue el primero en sustituir las ballestas por muelles en la suspensión. Es extremadamente ligero: Pesa 369 kg y su motor -de un solo cilindro-, asociado a una caja de cambios de ocho velocidades, contaba con una potencia de 10 CV, alcanzando los 32 km/h. Ha permanecido expuesto durante dos años en el centro de ocio educativo Micropolix de San Sebastián de los Reyes (Madrid), pero ahora ha marchado a Barcelona, con motivo de la exposición por el centenario del Titanic que se celebra del 23 de marzo al 30 de septiembre, en el Museu Marítim.

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