Seguro que se te ocurren diferentes formas de disfrutar de uno de los nuevos Mini, pero probablemente ninguna sea tan original como la que te proponen los responsables españoles de la firma británica. Y es que esta noche, el Mini se convertirá en una bola de bolos de más de una tonelada dispuesta a hacer pleno y mandar a la estratosfera los seis bolos hinchables de tres metros de altura que se interponen en su camino.
Esto ocurrirá a las 12 de la noche de hoy viernes, en el centro logístico Abroñigal, en Madrid, en una pista de bolos de unos seis metros de ancho y unos 30 de largo rodeada de contenedores que da escalofríos solo con verla.
En realidad, la experiencia es divertida y está prácticamente exenta de peligro, ya que la «tirada» se realiza en primera, a menos de 40 kilómetros por hora, con el participante acompañado en todo momento por un instructor que, en caso de que algo saliera mal, tirará inmediatamente del freno de mano, deteniendo el vehículo en pocos metros.
Para hacer que el Mini derrape y arrastre los bolos a su paso, el control de estabilidad ha sido desconectado, y una de las ruedas traseras monta una funda rígida que limita drásticamente su adherencia. Nosotros hemos tenido ocasión de probarlo y nos ha parecido una experiencia sumamente entretenida.