La investigación de la marca concluyó que el incendio de un Fisker Karma hace diez días en un aparcamiento de Woodside (California) no tuvo nada que ver con la batería ni ningún otro elemento de su sistema de propulsión eléctrico… sino que se trató de un fallo de refrigeración. Para esclarecer las circunstancias del suceso, Fisker ha recurrido a Pacific Rim Investigative Services Group, una empresa californiana especializada en análisis de incendios. Según estos expertos, el fuego se originó por un fallo en el ventilador de la parte delantera izquierda del vehículo.
Tras conocer esta conclusión, Fisker procederá a avisar a sus propietarios de que pasen por el taller para sustituir el ventilador. Ésta es la tercera llamada a revisión que Fisker se ve obligada a hacer: En diciembre del año pasado ya tuvo que revisar sus vehículos vendidos para solucionar un fallo de software, mientras que en marzo, tras producirse el primer incendio de un Fisker Karma, el suministrador de baterías A123 Systems las revisó para reemplazar aquellas que estuvieran defectuosas. Sin embargo, Fisker asegura desconocer la causa de aquel primer incendio ni si está relacionado con el de este mes.
La situación económica de Fisker es delicada: El Departamento de Energía del gobierno estadounidense no quiere conceder más ayudas a la marca, por lo que se ha visto obligada a suspender la producción en su planta de Wilmington (Delaware), de donde iba a salir su nuevo modelo, el Atlantic. No obstante, la compañía esá segura de que esta revisión gratuita no afectará a sus cuentas.