Exteriormente, con la capota puesta, la línea superior del Beetle Cabrio muestra la misma evolución que la del Beetle normal: Es decir, un techo más rectilíneo que el de la generación previa -que a su vez permite una mejor visión trasera-, acompañado de un parabrisas en posición más vertical. Aunque la silueta también recuerda al primer Beetle Cabriolet -del que se fabricaron 330.000 unidades entre 1949 y 1980-, destacan los detalles propios de los nuevos Volkswagen: La toma de aire bajo el paragolpes, los bordes inferiores de la capota lisos, los pilotos traseros…
La capota se abre y se cierra automáticamente en un timepo de unos diez segundos, una operación que siempre puede hacerse si circulamos a velocidades inferiores a 48 km/h. El Beetle Cabrio incluye una cubierta para la capota de serie, que aporta unos bordes cromados allá donde se junte con la carrocería.
En su interior tienen cabida cuatro pasajeros, y casi todos sus elementos presentan un diseño propio, distintos de los del Beetle convecional. Gracias a la banqueta trasera abatible de forma simétrica, se pueden transportar grandes bultos en el Beetle Cabrio incluso con la capota plegada. El maletero ofrece una capacidad de 225 litros-.
Dentro del equipamiento de serie encontraremos airbags de cabeza y tórax, pero el Beetle Cabrio destaca por el sistema activo de protección antivuelco que Volkswagen ha creado para este descapotable: Dos módulos antivuelco extensibles que se activan cuando la misma unidad central que controla los airbags detecta que el coche está a punto de volcar.
Los motores disponibles serán cinco por ahora: En gasolina, el 1.2 TSI de 105 CV, el 1.4 TSI de 160 CV y la versión 2.0 TSI de 200 CV. En el apartado diésel, Volkswagen ofrece el 1.6 TDI BlueMotion de 105 CV y el 2.0 TDI, que entrega una potencia de 140 CV.
De momento, sólo sabemos la fecha de lanzamiento y los precios del Beetle Cabrio en Alemania: Comenzará a venderse en noviembre, a partir de 21.350 euros.