Hace 12 años, Audi sorprendió a todos con el lanzamiento del primer Allroad, un todocamino familiar basado en el A6 Avant quattro (C5), del cual tomaba su carrocería, algunos motores y el sistema de tracción total, a lo que añadía elementos estéticos específicos y una eficaz suspensión neumática de altura variable que más adelante serviría de inspiración para el Volkswagen Touareg, el Porsche Cayenne y el Audi Q7. En 2006, un año después del cambio de generación del modelo matriz (C6), aparecía la segunda versión de este vehículo, caracterizada por su mayor longitud, una orientación más asfáltica, motores más potentes y menor altura libre al suelo.
Ahora Audi acaba de presentar lo que considera la tercera generación del A6 Allroad, que en realidad no es sino un rediseño más o menos profundo de la serie C6. Entre las cosas que cambian, el bastidor es más ligero. Según Thomas Baumgart, jefe de desarrollo técnico, -el uso de un 20% de aluminio en el chasis consigue aligerarlo hasta un 15%-. La nueva carrocería permite, además, cargar 100 kilos sobre el techo -entre 25 y 50 kilos más que lo habitual- y aumentar la capacidad de remolque hasta los 2.500 kilos.
Pero lo más destacable de esta -tercera generación- es la adopción del nuevo motor diésel biturbo de tres litros, 313 CV y 650 Nm, que, además de la doble sobrealimentación, introduce un sistema de resonancia activa en el escape que altera el sonido del motor. Este generador acústico funciona de la misma manera que los sistemas de cancelación de ruido habituales en los auriculares de gama alta. Un altavoz dentro del sistema de escape genera unas ondas acústicas inversamente equivalentes al ruido que queremos eliminar. De esta forma, si conmutamos a un modo diferente de conducción en la interfaz MMI, el sonido del escape cambia de forma drástica, efecto que se percibe especialmente cuando seleccionamos el programa Dynamic y, como por arte de magia, el anodino sonido del V6 diésel se transforma en el gruñido de un amortiguado pero -gordo- V8 de gasolina.
Junto a este motor, hay dos versiones -monoturbo- de la misma mecánica con 204 y 245 CV, así como un 3.0 TFSI -inyección directa de gasolina y turbocompresor- de 310 CV y 440 Nm. Todas las mecánicas van asociadas a cajas de cambio automáticas de doble embrague -sTronic- y siete velocidades, excepto en el caso del 3.0 TDI biturbo, que recurre a una más convencional, mediante convertidor de par, con ocho relaciones -Tiptronic-. Además, opcionalmente está disponible el diferencial trasero deportivo, y la asistencia de la dirección es ahora eléctrica. Otras novedades afectan al diseño de parrilla delantera, parachoques y faros -que pueden ser bi-xenón o LEDs-, así como a la introducción de una pintura marrón específica para la gama Allroad. En el interior hay disponibles nuevos equipamientos, como un sistema de audio Bang & Olufsen, de 15 altavoces y 1.300 vatios, un navegador basado en las imágenes satélite de Google Maps y la posibilidad de crear una red Wi-fi en el vehículo a la cual podremos conectar hasta nueve dispositivos móviles tales como tabletas, smartphones, ordenadores portátiles, etc.
Desde nuestro punto de vista, lo que menos nos gusta es la desaparición de las llantas de 17 pulgadas, que permitían el montaje de neumáticos más camperos que las de 18, 19 y 20, que son las medidas disponibles en este rediseño. Además de pretender potenciar la estética, las nuevas llantas han permitido el montaje de discos de freno de mayor diámetro.
Disponible a partir de abril, la nueva familia A6 Allroad se ofrece desde 58.100 € -precio del 3.0 TDI de 204 CV– hasta 66.570 €, que es lo que cuesta el TDI biturbo. La variante que debería acaparar el grueso de las ventas –3.0 TDI de 245 CV– cuesta 64.290 €, mientras que el modelo de gasolina –3.0 TFSI– se podrá adquirir por 64.760 €