No están claros cuáles fueron los motivos de su baja aceptación, pero quizá tengan que ver con un precio algo elevado, una calidad de materiales inferior a la de un Golf IV o una imagen algo afeminada para el público masculino.
Por ello, Volkswagen ha puesto especial hincapié en esos tres aspectos, ofertando el nuevo Beetle desde unos competitivos 21.120 euros, ofreciendo en él una calidad de primer nivel -tan buena como en el Golf VI- y mostrando una imagen más ‘masculinizada’, según afirma la propia marca. Estéticamente, resulta muy llamativo gracias sobre todo a los voluminosos pasos de rueda de la musculada carrocería, que mide 4,28 metros de largo -15 más que el New Beetle-, 1,81 de ancho y 1,48 de alto. Está disponible únicamente en tres puertas y su habitáculo da cabida a cuatro ocupantes.
Inicialmente sólo estará disponible con dos motorizaciones, un 1.2 TSI de 105 CV y un 2.0 TSI de 200 CV. Paulatinamente, desde el mes de octubre, irán llegando nuevas mecánicas como el 1.4 TSI de 160 CV y dos diesel -un 1.6 TDI de 105 CV y un 2.0 TDI de 140 CV; este último ya en 2012-. Todos los motores pueden ir asociados a un cambio DSG de seis velocidades a excepción del 1.2 TSI, que sólo se ofrece con una caja manual de seis marchas. Respecto a los acabados, se ofrece con dos diferentes: Design -el básico- y Sport -el más completo-. El habitáculo ofrece una buena calidad de materiales -similar a la de un Golf- y tiene guiños retro como la clásica guantera del Escarabajo original. El maletero cubica 310 litros y sus formas y la amplia boca de carga lo hacen muy utilizable.
Probamos el 2.0 TSI de 200 CV
En marcha la nueva plataforma MQB se luce en el nuevo Beetle, un coche cómodo en carretera pero con ligeras aptitudes deportivas cuando te adentras en carreteras de curvas. Esta sensación aumenta en el caso de las dos variantes más potentes de gasolina, que traen de serie el sistema XDS, una función del control de estabilidad que emula la actuación de un diferencial autoblocante, es decir que, en caso de que una rueda tractora patine, bloquea ese exceso de fuerza enviándoselo a la contraria para mejorar la tracción y la agilidad. El XDS no está disponible como opción para el resto de versiones.
Respecto al motor, se muestra poderoso y bastante progresivo, aunque no cuenta con la notoria fuerza que puede ofrecer en, por ejemplo, un VW Golf GTI o en un Seat Exeo. Eso sí, va muy suave y su consumo es relativamente contenido, pues no resulta complicado mantenerse en unos 7,5 l/100 km en ciclo combinado. La unidad que probamos traía el tren de rodaje deportivo opcional (de serie con el acabado Sport) y, con él instalado, el compromiso entre dureza y efectividad es bueno, además de no comprometer la comodidad en exceso. La dirección resulta muy parecida a la del Golf tanto por asistencia como por su nivel de precisión. La conclusión al volante es que el Beetle se parece bastante al Golf y eso es indudablemente bueno, pues el compacto alemán es una referencia por comportamiento en su segmento.
Por otro lado, a partir del 12 de septiembr de ofrecerán dos versiones especiales denominadas White Turbo y Black Turbo cuya producción está limitada a sólo 60 unidades -30 de cada color- y que están basadas en la motorización 2.0 TSI con cambio DSG. Se reservan a través de la web www.thebeetleturborace.com y se diferencian de los Beetle ‘normales’ por los adhesivos laterales con la palabra ‘Turbo’, los espejos retrovisores, las llantas de 19-, el tren de rodaje deportivo…