Primer toma de contacto con el Citroën DS5

La firma gala presenta el tercer miembro de su familia de modelos DS, gama con un enfoque más moderno y tecnológico respecto al catálogo principal.


El DS5 llega como estandarte de la gama DS, un modelo que nace de la plataforma 2 del Grupo PSA, aunque con las vías ligeramente ampliadas.

Su habitáculo es profuso en pantallas de información, con una instrumentación más cercana a la de un avión que a la de un vehículo convencional. Los asientos son algo duros aunque cómodos, y ofrecen una buena sujeción. Se realizó un primer contacto de la motorización HDI 160 en una ruta mixta de 155 km por los alrededores de Niza (Francia), y de la variante denominada Hybrid4 en un recorrido urbano.

Curiosidades del producto

El DS5 posee una carrocería de cinco puertas muy personal, con un estilo a medio camino entre un combi, un coupé y un monovolumen. Es tan alto como el C5 Tourer (1,51 m), aunque tiene una longitud 30 cm más corta (se queda en 4,53 m), con la trasera no demasiado inclinada, y más cercana a los tradicionales modelos Break del fabricante francés que a los convencionales modelos compactos actuales de otros generalistas. Aún está pendiente de confirmar para el mercado nacional, pero es muy posible que se ofrezca con tres paquetes de equipamiento diferentes, además de varios elementos opcionales dentro de cada uno de ellos.

El DS5 llegará a España en febrero a un precio todavía sin confirmar -como orientación, en Francia partirá de los 29.300 €-. El HDI 160, que se prevé sea el más vendido, se establece en 33.600 €.

Despliegue tecnológico

El DS5 llega con todo un arsenal de elementos tecnológicos y ayudas a la conducción entre los que destacan: control de tracción inteligente asociado con el ESP, repartidor electrónico de frenada, ayuda a la frenada de emergencia, luces de carretera automáticas, asistente de cambio involuntario de carril de segunda generación (con la minicámara ubicada en el retrovisor que lee a más distancia las líneas de la carretera por lo que prevé y avisa antes), pantalla virtual desplegable de información, cámara de marcha atrás, acceso y arranque -manos libres- y sistema start/stop.

El interior destaca por su personalísimo estilo, inspirado en la aeronáutica, y por la profusión de relojes, esferas digitales y multitud de botones allá donde se mire: sólo en el techo hay 14 que controlan, entre otras cosas, la apertura y cierre de las cortinillas de los tres techos panorámicos (dos delante para conductor y acompañante, y otro más grande para los pasajeros traseros), y la pantalla virtual de información que se despliega tras el volante. Como apunte extra, la variante Hybrid tiene 16 además del selector de modo de conducción.

Sobresale también la buena calidad de sus acabados, los buenos ajustes de todo el salpicadero, las tapicerías de los asientos con costuras en contraste, el volante deportivo multifunción de cuatro radios, acabado en cuero de excelente calidad y suavidad, multitud de huecos portaobjetos, inserciones cromadas- en definitiva un interior muy cuidado que coloca a todo el conjunto como vehículo alto de gama. A pesar de ello pueden achacarse algunas pegas, como un túnel de transmisión algo voluminoso, un pilar A algo ancho que resta un poco de visibilidad al parabrisas delantero y la ausencia de asideros superiores en las puertas tanto para acompañante como para pasajeros traseros. Según los responsables de diseño no se ha incluido porque rompía con las líneas interiores y porque quedaba demasiado cerca de la cabeza.

Además la sonoridad interior es algo elevada, ya que una medición -amateur- (realizada con la aplicación de un iPad) revelaba que a 85 km/h superaba los 105dB con una ventanilla delantera bajada, ofreciendo el típico -soniquete machaca tímpanos- que se da al abrir una ventanilla trasera.

En marcha: confort y suavidad, aunque algo ‘gastón’

El motor HDI 160 desarrolla una potencia de 163 CV. Debido a las especiales circunstancias del tráfico en la jornada de pruebas no se pudo extraer un resultado fiel del consumo. Este modelo se ofrecía con una caja de cambios automática con tres modos de conducción: dos en automático, sport y auto, y uno manual aunque sin levas en el volante.

El propulsor responde con alegría y mantiene buenos cruceros y en carreteras reviradas de montaña la caja automática, en modo manual, trabaja bien. En cambio, el modo Sport no va tan fino, con algunas carencias en su respuesta; no llega hasta la 6ª hasta que no lo tiene -muy, muy claro-, permaneciendo en 5ª hasta que no nota de manera clara que llanea. El salto de revoluciones entre 3ª y 4ª es amplio y se quedará entre estas dos al subir un puerto de montaña, mostrándose algo perezoso además, a la hora de reducir. Esta circunstancia aumenta el consumo llegando a marcar cifras de hasta 12 l/100 km en apenas una treintena de kilómetros recorridos. El modo automático, por su parte, resulta muy confortable, aunque obviamente no sirve para practicar una conducción -ligera-.

La variante Hybrid está equipada con un propulsor HDI 160 y otro eléctrico de 27 kW. Dispone además de cuatro modos de conducción: Auto, Sport, ZEV y 4×4. La firma ofrece unas cifras de autonomía que alcanzan los 850 km, de los que, en teoría, podrían recorrerse 200 km de ellos en modo eléctrico. La ruta propuesta con este modelo era de apenas 35 km urbanos entre poblaciones costeras, con cierta densidad de tráfico. Las baterías estaban cargadas a 2/3 del total y en modo únicamente eléctrico sin alcanzar los 50 km/h se pudieron recorrer casi 3 km antes de su total descarga.

La firma ha puesto todo su empeño en ofrecer algo muy especial a los usuarios. Los niveles de personalización del DS5 no alcanzan los del DS3 pero aun así es posible elegir entre ocho colores de carrocería, nueve llantas y nueve tipos diferentes de tapicería interior; para esto último la marca pone a disposición de los clientes una maleta especial DS para que puedan tocar y elegir los materiales que revisten al coche.

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