Del mismo modo que Phileas Fogg, protagonista de La vuelta al mundo en 80 días, suscribió una apuesta con uno de los miembros de su exclusivo club londinense acerca de que era capaz de dar una vuelta completa a la Tierra en 80 días, Horatio Jackson, un médico de Vermont (EE.UU.) apostó con otro miembro del club universitario de San Francisco que era capaz de atravesar Estados Unidos de Oeste a Este en menos de tres meses. Si bien, los 50 dólares que se jugaron quedan lejos de las 20.000 libras que puso en liza el personaje de Julio Verne.
5.000 kilómetros entre San Francisco y Nueva York
El viernes 22 de mayo de 1903 Horatio Nelson Jackson, médico de profesión, se ponía en marcha a bordo de un Winton Tourer con la única ayuda de Sewall K. Crocker, un mecánico de bicicletas y aficionado a la mecánica que se ocupó del mantenimiento. Por delante tenían 65 días de dura travesía recorriendo los estados de California, Oregón, Idaho, Wyoming, Nebraska, Iowa, Illinois, Indiana, Ohio y, por fin, Nueva York.
Y es que este viaje fue toda una odisea ya que tan sólo 50 kilómetros después de iniciar su travesía encontraban los primeros problemas. Uno de los neumáticos se pinchaba y tenía que ser sustituido por la única rueda de recambio disponible. Hay que recordar que, por aquel entonces, los automóviles eran un medio de locomoción incipiente por lo que los repuestos eran casi inexistentes, al igual que la gasolina. De hecho, la primera gasolinera se puso en funcionamiento en San Luis (Misuri) en 1905. Es por ello por lo que el Winton tuvo que cargar con sus propios bidones de almacenamiento, que se iban rellenando en ciertos pueblos o granjas y, aun con todo, más de una vez tuvieron que detenerse por falta de combustible. Pero, posiblemente, el peor momento de la expedición fue cuando, en algún lugar de Idaho, el abrigo en el que Jackson guardaba casi todo su dinero se perdió, por lo que tuvo que telegrafiar a su mujer para que le enviara más. Poco tiempo después, en algún punto del oeste de Wyoming se perdieron por completo y, además, se rompieron varios elementos del vehículo, lo que les hizo plantearse seriamente la posibilidad de abandonar. Tras conseguir llegar a la ciudad minera de Rawlins, pudieron contactar telegráficamente con el fabricante (radicado en Ohio) para que les enviara repuestos con los que arreglar el Vermont –nombre que le pusieron al coche–. Lo repararon y siguieron su camino, pero en el resto del viaje se sucederían las averías.
Aunque no todo fueron sinsabores. Cuando transitaban por Idaho encontraron un perro de la raza pit bull al que bautizaron como Bud y que les acompañó hasta el final de la travesía. Tras más de un mes y medio de viaje la prensa se hacía eco de sus hazañas, y en cada ciudad o pueblo por el que pasaban se reunía una muchedumbre para ver con sus propios ojos a los viajeros. Por fin, el domingo 26 de julio de 1903 llegaban a Nueva York tras haber invertido algo más de 8.000 dólares y 3.028 litros de combustible.
Alice Ramsey, la primera mujer en cruzar EE.UU.
Seis años después de que Horatio Nelson Jackson realizara el viaje y que fuera secundado por al menos media docena de pilotos varones que emularon su hazaña, en 1909 una joven de 22 años llamada Alice Ramsey decidió repetir lo realizado por su compatriota. En este caso la travesía sería a la inversa, partiendo de su lugar de residencia, en Nueva York, y finalizando en San Francisco. Para poder desplazarse contó desde un primer momento con un vehículo de la firma Maxwell-Briscoe que el propio fabricante puso a su disposición con intención de que el viaje sirviera de promoción. El 9 de junio de 1909 la expedición se puso en marcha con Alice Ramsey a la cabeza y, acompañándola, dos de sus cuñadas, Nettie Powell y Margaret Atwood; así como su amiga Hermine Jahns. Después de recorrer más de 900 kilómetros realizaron una de sus primeras paradas importantes en Cleveland (Ohio) donde reportaron un pinchazo, así como un problema con la suspensión del vehículo, que tuvo que ser reparada por un mecánico. Pero quizás lo más curioso de este tramo del viaje es que un habitante de Ashtabula, un pequeño pueblo de Ohio, cambió el color de su casa de amarillo a verde únicamente para confundir a las cuatro viajeras, ya que era un ferviente detractor de los automóviles. Hay que pensar que a principios del siglo XX los mapas de carreteras no existían, por lo que la única forma de guiarse por EE.UU. era empleando un libro de rutas denominado Blue Book que tomaba elementos de la naturaleza o construcciones como puntos de referencia para saber qué rumbo seguir.
Ya a mitad de recorrido el Maxwell se detuvo súbitamente y sus ocupantes extrañadas se bajaron en busca de algún fallo mecánico. Finalmente, resultó tratarse de un descuido ya que Alice se había olvidado de rellenar el tanque de gasolina. Sólo un día después de solucionar el tema del combustible, el Maxwell se sobrecalentaba y sus ocupantes se quedaban tiradas en una zona de barro. Ante la imposibilidad de volver a poner en marcha el motor, tuvieron que recurrir a la ayuda de un granjero de la zona que, mediante unos caballos, consiguió sacarlas del embrollo. Las labores de reparación requirieron de varios días hasta que pudieron ponerse de nuevo en marcha.
Pero el viaje continuó a trompicones desde entonces ya que las copiosas lluvias del Medio-Oeste dificultaban el tránsito por los ya de por sí deplorables caminos por los que tuvieron que transitar, muchas veces cruzados por enormes zanjas o los abundantes agujeros excavados por los perros de la pradera –entonces muy numerosos y hoy casi extinguidos–. En una de las maratonianas jornadas que las iba a llevar a cruzar la frontera entre Iowa y Nebraska, el Maswell no soportó más el esfuerzo y se rompió. Gracias a la ayuda de Eugene Gnehem, un empleado del servicio de recambios interestatal del automóvil (Intersatate Auto Supply), pudieron repararlo y seguir la marcha.
El 4 de agosto de 1909 iniciaban la última etapa de su viaje que partía de la ciudad de Reno, situada en el estado de Nevada, y llegaba a San Francisco –final de la travesía– tres días después. A diferencia de Horatio Jackson, que pasó por Oregón e Idaho, el cambio de itinerario de Ramsey le permitió reducir el tiempo en seis días ya que sólo empleó 59 para ir de una costa a la otra, recorriendo unos 150 kilómetros diarios de media a una velocidad estimada de 12,1 kilómetros por hora y con jornadas de conducción de 12 horas.
LOS GRANDES PROTAGONISTAS
Horatio Nelson Jackson (1872-1955). Nació el 25 de marzo de 1872 en Vermont, Estados Unidos. Tras casarse con Bertha Richardson Wells, hija de un condecorado militar, se trasladó a vivir a San Francisco. De allí partió, en 1903, hacia Nueva York, a donde llegaría 65 días después. Años más tarde regresó a Burlington (Vermont), junto a su esposa y a su famoso perro Bud. Fue oficial durante la Primera Guerra Mundial y fundó la Legión Americana. Además, fue dueño de un periódico, un banco, una emisora de radio, la WCAX (ahora WVMT) y se presentó dos veces como candidato para ser gobernador de Vermont. Falleció el 14 de enero de 1955 a la edad de 83 años.
Su coche
WINTON TOURING CAR.
En el año 1903, Horatio Nelson Jackson adquirió, por 3.000 dólares, este vehículo a un médico conocido suyo. El coste superaba en 500 dólares el de uno nuevo, pero nuestro protagonista no quería esperar por uno salido de fábrica. Aunque, originalmente, el coche contaba con cuatro asientos, los dos traseros se eliminaron para poder cargar el equipaje, los recambios y el combustible extra. También se retiraron los ineficaces faros delanteros. La carrocería carecía de cualquier protección contra las inclemencias del tiempo, pero llevaban una gran lona con la que tapar el coche.
WINTON TOURING CAR, 1903 | |
Motor | Gasolina, dos cilindros. |
Potencia: | CV |
Cambio: | Manual, dos velocidades y marcha atrás. |
L/An./Al. | 3.383/1.737/1.737 mm |
Batalla | 2.235 mm |
Peso | 784 kg |
Depósito: | 48 l |
Ruedas | 34×4 |
Precio | 2.500$ |
Alice Huyler-Ramsey (1886-1983). Hija de John Edwin Huyler, un distribuidor de madera, y Ada Mumford Farr, nació en Nueva Jersey. Se graduó en el Vassar College en 1907. El 9 de junio de 1909 realiza el viaje de 6.115 kilómetros desde Hell´s Gate, en Manhattan (Nueva York), a San Francisco (California), en un Maxwell. Durante su travesía estuvo acompañada por dos cuñadas y una amiga. En 1960, fue nombrada «Mujer automovilista del siglo» por la A.A.A. (Asociación Americana del Automóvil). En los últimos años, vivió en Covina (California), donde en 1961 publicó la historia de su viaje. Murió el 10 de septiembre de 1983.
Su coche
MAXWELL-BRISCOE DA.
Este modelo de 1909 fue cedido por la empresa de automóviles a Alice Ramsey como una maniobra para aumentar las ventas de su automóvil. Era 10 caballos más potente y algo más grande que el de Jackson, aunque no más rápido. También, y a diferencia del Winton, éste contaba con una capota para proteger a los ocupantes. Su construcción es básicamente de madera con dos largueros metálicos que soportan el peso de la carrocería. El Maxwell DA disponía de cuatro asientos en el que además de Ramsey viajaron tres personas más.
MAXWELL-BRISCOE DA, 1909 | |
Motor | Gasolina, cuatro cilindros. |
Potencia | 30 CV. |
Cambio | Manual, tres velocidades y marcha atrás |
L/An/Al | 3.780/1.745/1.7156 mm |
Batalla | 2.641 mm. |
Peso | 953 kg |
Depósito | 53 litros. |
Rueda | 32×4. |
Precio | 1.750$ |