El invento del joven Porsche consistía en colocar dos motores eléctricos en las ruedas delanteras, de manera que los rotores móviles de ambas giraban a la par para propulsar al vehículo sin necesidad de motor de combustión, caja de cambios o embrague. Más de un siglo después, Michelin, Heuliez y Orange se han unido para crear un prototipo que evoluciona este esquema, el Heuliez Will, un concept montado sobre la base del Opel Agila que incorpora los motores eléctricos en las propias ruedas.
En concreto, el eje delantero del Will incorpora dos Active Wheel de Michelin, una rueda que integra un motor eléctrico y la suspensión -también eléctrica-, además de los sistemas de frenado. Al igual que el modelo de 1900, el peso del conjunto se reduce de manera considerable, ya que no lleva caja de cambios, embrague, eje de transmisión, diferencial o amortiguadores. De momento hay cinco prototipos, todos ellos montados sobre la base del Agila: dos de ellos han cubierto 35.000 km, y el resto, 15.000 km, como nos ha contado el presidente de Michelin, Pepe Rebollo.
Michelin no fabricará coches
Este concept car no quiere decir que veamos un vehículo marca Michelin rodando por la carretera. Según Rebollo, Michelin nunca fabricará coches, sino que su objetivo es facilitar esa tecnología para que otros fabricantes la utilicen en sus futuros modelos. De momento ya hay negociaciones con Peugeot y Renault. Sin embargo, sí es posible que veamos una serie de producción de este prototipo comercializada por Heuliez, que podría venderlo a un precio similar al Agila, a lo que habría que sumar 6.000 euros del pack de baterías.
El modelo que hemos podido probar no es más que un diseño de pre-serie, por lo que no lleva ni ABS. Tiene cuatro motores de suspensión, pero sólo dos de tracción -en las ruedas delanteras-, si bien se puede modificar la configuración del vehículo y acoplar cuatro ruedas motrices para una tracción total.
Lo que nos ha sorprendido es la buena capacidad para moverse en curva, ya que gira muy plano y de manera muy estable. Esto se consigue gracias a un centro de gravedad muy bajo y a la suspensión eléctrica, que tiene una respuesta inmediata. Podemos decir que la estabilidad y el paso por curva son mejores que en un Agila normal, sin sensación de balanceo. La respuesta también es aceptable, si bien le cuesta un poco salir desde parado. Aquí también influye el peso de la batería. Según Michelin, puede llevar tres packs distintos, que incidirán en el peso y en la autonomía del vehículo:
– Pack 1: 77 KW, 154 kg, 150 km de autonomía.
– Pack 2: 115 kW, 226 kg, 225 km de autonomía.
– Pack 3: 135 KW, 295 kg, 370 km de autonomía.
Una vez que se lanza, el Will tiene un comportamiento más que aceptable, con una buena respuesta al acelerador, una gran estabilidad, un balanceo mínimo- Sin duda, una buena forma de conseguir un vehículo de cero emisiones con una tecnología más económica.