Olvídate de todo lo que sabías del Corvette. Lo que ha presentado General Motors en su nuevo estudio de diseño de Reino Unido no es una evolución… es una revolución. Un concept car desarrollado desde cero con un único objetivo: imaginar cómo sería el Corvette del futuro si lo diseñaras con una hoja en blanco. Y el resultado es brutal.
Un Corvette convertido en nave espacial
Este prototipo no tiene motor conocido, ni fecha de llegada al mercado. Tampoco la necesita. Se trata de un estudio avanzado, un ejercicio de diseño que explora nuevas formas, proporciones y soluciones técnicas para un deportivo que ha marcado época. Y aunque no esté destinado a la producción, marca un antes y un después.

La silueta es afilada, baja y ancha: mide solo 1.033 mm de alto, con unas vías descomunales de 2.178 mm de ancho y una longitud de 4.669 mm. Las llantas, de 22 pulgadas delante y 23 detrás, están colocadas en los extremos para maximizar la huella visual.
Uno de los detalles más llamativos es el concepto Apex Vision. Inspirado en la mítica luneta dividida del Corvette Sting Ray de 1963, este prototipo recupera la idea con una espina central estructural que atraviesa el parabrisas, generando una visión panorámica y reforzando la conexión entre conductor y carretera.
Aerodinámica activa y sin alerones
La parte inferior del coche es puro diseño funcional: tomas de aire, canalizaciones internas y un sistema llamado Aero-Duality que adapta el flujo del aire según el uso. En carretera, busca eficiencia y autonomía. En circuito, se transforma: faldones móviles, aletas dorsales, ventilación activa y efecto suelo al estilo de los prototipos de Le Mans.

Y todo ello sin necesidad de alerones o spoilers convencionales. El aire se canaliza por dentro y por debajo del coche para rellenar el vacío aerodinámico, mejorar la estabilidad y aumentar el rendimiento sin comprometer el diseño.
Toda la estructura del coche está fabricada con técnicas de impresión aditiva, lo que reduce peso, piezas y complejidad. Además, las puertas de ala se abren de forma automática, y el cristal lateral envolvente genera una cúpula visual al estilo fighter jet.
¿Y el motor?
GM no ha revelado qué hay (o no hay) bajo el capó. Lo que sí ha confirmado es que la batería va integrada en la estructura, como en los monoplazas eléctricos de competición. Pero aquí lo importante no es la mecánica, sino el concepto: un Corvette sin límites, sin normas y sin concesiones.
¿Llegará a producción?

No. Pero este concept marcará la línea de lo que podrían ser los Corvette del futuro. Y no está solo. GM ha confirmado que otros estudios de diseño en su red global también están trabajando en interpretaciones extremas del Corvette, que se presentarán a lo largo de 2025.
Este, desarrollado en su nuevo estudio de Inglaterra, es solo el primero. Pero si todos los que vienen detrás tienen este nivel de locura creativa, prepárate para una nueva era Corvette.
