Land Rover Defender 90 Tdi «Superauto»

Todos los años llegan rumores del cierre definitivo de su cadena de montaje en Solihull  (Reino Unido), pero una clientela fiel y adicta a sus virtudes sigue manteniendo al Defender con vida. De este modo, a base de rediseños y actualizaciones técnicas para cumplir las exigentes normativas europeas, este personalísimo todoterreno parece gozar del elixir de la eterna juventud.
Algo parecido le ha sucedido a nuestro protagonista de hoy, matriculado nuevo en un lejano mes de diciembre de 1996 para uso de los guardas forestales de la Junta de Andalucía. Bajo un insípido color blanco, este Defender ha recorrido miles de kilómetros de caminos y pistas forestales hasta ser retirado del servicio a finales del pasado año. Y, cuando lleno de cicatrices y heridas de guerra yacía olvidado en una campa, apareció su actual propietario, un fanático de la marca inglesa en general y de los Defender –y Santana– en particular.
Esta buena estrella le llevó hasta el taller Superauto, en la serrana localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial, donde fue desmontado y revisado a fondo con mimo para darle una nueva vida y adaptarlo a los nuevos objetivos.
La impersonal y matizada pintura blanca dio paso al color verde militar que puedes ver en las fotos. El interior también ha sido actualizado concienzudamente y no solo se ha revestido del mismo tono de pintura, sino que se ha aprovechado para tapizar sus destartalados asientos de incómodo y sudoroso material sintético con una confortable tapicería de Alcantara. El volante de plástico mostraba evidentes huellas de las numerosas manos que lo habían maltratado y, aprovechando su restauración, ha sido tapizado en piel de vacuno. El objetivo principal de este Land Rover es servir de ayuda al propietario en su otra gran afición, la caza. Por este motivo, se han retirado las incómodas banquetas laterales traseras, instalando en su lugar una amplia cajonera de aluminio, al objeto de poder guardar  «trastos» de una jornada cinegética, como ropa, botas de goma o trajes de lluvia. De este modo, el coche es ahora un cómodo biplaza, y toda la parte trasera se ha convertido en amplio maletero, perfectamente forrado de aluminio damero. Así, se pueden transportar los «trofeos» de una jornada y, si se ha manchado, lavar tranquilamente con una manguera o agua a presión. En los laterales del maletero, junto a las ventanillas, se han instalado sendos soportes para armas de caza y para el gato de desatasco o Hi-Lift. Para asegurar el auto-rescate, o izar una pesada pieza de caza mayor hasta el camino, se ha montado un eficaz cabrestante Come-Up con cable sintético, atornillado por detrás del parachoques original. El cabrestante queda, así, perfectamente integrado y no perjudica el ángulo de ataque de la carrocería.
El motor se ha revisado a conciencia, sustituyendo correas, aceites y filtro y, gracias a la experiencia de Superauto, también la bomba de agua. La inyección y la presión del turbo se han ajustado a los valores nominales y se mejora la limpieza del aire de admisión ante polvo y posibles vadeos con una vistosa toma elevada.
Con buen criterio, la suspensión ha mantenido los muelles helicoidales originales, pues el vehículo no se va a cargar en exceso y, además, llevará únicamente dos ocupantes. Unos muelles más duros y más altos hubieran comprometido seriamente la estabilidad y el confort de un vehículo de tan escasa distancia entre ejes como este Defender 90. Eso sí, los fatigados amortiguadores han dado paso a elementos nuevos, originales de Land Rover y que trabajan en perfecta armonía con los muelles de serie. Al objeto de mejorar la estabilidad y la estética, se han instalado llantas con bombeo negativo, calzadas con unos magníficos neumáticos MT en la típica medida de pista 235/85-16, que, como luego veremos, representan una mejora radical en campo sobre los raquíticos neumáticos en medida original.
A bordo del Defender, se agradece la nueva tapicería de los asientos y, sobre todo, el cómodo volante de cuero de grueso aro, que, aunque no mejoran la postura típica anti-ergonómica de estos Land Rover con el codo golpeando en la puerta, sí elevan unos puntos el confort de marcha.
A pesar de los más de 200.000 kilómetros indicados en su odómetro, la respuesta del motor es inmediata y agradable, bien ayudado por un cambio de cortísimas relaciones, que a pesar de un notable ruido de motor, te lleva a velocidades cercanas a las máximas legales con facilidad. No obstante, su propietario nos comenta que está dándole vueltas a cómo mejorar el empuje de este voluntarioso pero veterano propulsor TDI para conseguir un poco más de brío.
Pese a no modificar la altura de la suspensión, la distancia al suelo ha aumentado 35 milímetros con los neumáticos de mayor diámetro, y este Defender corto de ángulos recortados se atreve, como no podía ser de otra forma, con cualquier trialera vetada a la gran mayoría de los TT de serie actuales. Se mantiene el magnífico recorrido de la suspensión y, con la ayuda de la reductora corta y del agarre extra de los nuevos neumáticos MT, pudimos superar «al trantrán» todos los pasos de franqueo que abordamos. Desde nuestro punto de vista, con un simple bloqueo neumático del diferencial trasero, quedaría perfecto.

LAND ROVER DEFENDER (1996) V.O.: 4.000 €
Precio de la preparación: 8.055 €

SU CREADOR

Guillermo Jiménez Ciruelo. «Guille» para los amigos. San Lorenzo de El Escorial (Madrid), 1970. Profesión. Chapista. ¿Cómo te enganchaste al 4×4? Nací y vivo en una zona de montaña. Cuando era pequeño, siempre iba con mi padre por la sierra en un Santana 109 pick up para echar de comer a las vacas. ¿Por qué elegiste el Defender? Para mí, es el mejor todoterreno. Se puede desmontar, arreglar y transformar fácilmente. Es como un Lego. ¿Por qué esta preparación? Para ir de caza y poder acomodar todos los trastos necesarios. € ¿Qué es lo que más te gusta del coche? Que cuando las cosas se complican en el campo, siempre tienes recursos para salir del atolladero. ¿Qué es lo que menos te gusta del coche? La posición tan incómoda de conducción, con el codo pegado a la puerta. ¿Qué es lo próximo a mejorar? La respuesta del motor. Necesitamos un poco más de potencia.

EL CONSEJO TT
En la imagen de la izquierda, puedes ver el vehículo en el estado previo a su restauración. En estos casos, antes de gastar dinero en carísimos kits de suspensión y otros componentes, es crucial llevar a cabo una revisión concienzuda de toda la cadena cinemática y no escatimar a la hora de reemplazar componentes.

Vehículo base ****
Coste de la preparación ***
Calidad de realización ****
Versatilidad **
Resultado final ***