Primer contacto con el Suzuki Swift Sport

Está destinada a competir en un segmento donde Suzuki considera que sus máximos rivales serán el Ford Fiesta 1.6 Sport Match, el Alfa Romeo MiTo 1.4 turbo y el Mini Cooper. Nosotros ya hemos tenido un primer contacto con el Sport en un recorrido de 90 km; un 80% de la ruta por autopista y un 20% por carreteras secundarias con asfalto en mal estado
Curiosidades del producto
Para identificar a esta versión deportiva por fuera hay que fijarse en las llantas específicas de 17–, la doble salida de escape -una a cada lado-, las taloneras y faldones, la parrilla de nido de abeja, el fondo gris de los faros, los embellecedores oscuros alrededor de las luces antiniebla y un prominente alerón con la tercera luz de freno integrada. Respecto a la anterior generación, el coche crece de 3,76 a 3,89 metros de largo y se ofrece en seis colores de carrocería -rojo, negro, blanco azul y dos tonos de grises-.
El Swift Sport monta el mismo motor de la anterior generación: se trata de un 1.6i atmosférico que pasa de 125 a 136 CV -cifra que se alcanza a 6.700 rpm-. También se mejora la cantidad de par disponible, pasando de 148 a 160 Nm a 4.400 rpm. Eso sí, lo que sí cambia es la caja de cambios, que pasa a ser manual de seis velocidades -antes era manual de cinco marchas-. No tienen previsto ofrecer una caja automática. También resulta destacable el equipamiento de serie, con elementos inusuales en este segmento como los faros de xenón, siete airbags, llantas de 17–, acceso y arranque manos libres, asientos deportivos, climatizador -monozona-, control de crucero, volante multifunción, radio CD con Mp3 y conexión USB, bluetooth y ESP.
Por dentro: pocos detalles diferenciadores… pero con personalidad
La estética es muy similar al resto de componentes de la gama Swift. Algunos elementos que diferencian a esta versión son el volante deportivo forrado en cuero perforado con las costuras en color rojo, los pedales metálicos con tacos de goma, asientos deportivos con la palabra Sport bordada en el respaldo -además, resultan cómodos y sujetan bien el cuerpo, aunque el mando para ajustar el respaldo es una palanca algo endeble y poco precisa de manejar; además, no tienen memoria cuando los abates-, la instrumentación con detalles en rojo y las alfombrillas con bordes rojos.
Por su parte, la calidad de acabados es buena, con un habitáculo rematado con plásticos duros pero de buena apariencia y bien ajustados. La cantidad de huecos disponible es normal, con bolsillos algo estrechos en las puertas, un compartimento delante de la palanca del cambio muy útil para dejar objetos cotidianos y, sobre todo, un espacio con tapa en la parte superior de la consola central con material antideslizante en su interior. La guantera es algo pequeña. La postura de conducción es muy buena y los mandos quedan a mano, son intuitivos de manejar y transmiten una solidez agradable. Resulta destacable el tamaño de los retrovisores laterales, que proporcionan una visibilidad óptima de lo que ocurre a los lados del coche.
La habitabilidad es bastante buena teniendo en cuenta el tamaño exterior del coche -detrás pueden ir hasta dos personas de no más de 1,80 m-, aunque el acceso es precario, ya que el asiento tiene un respaldo muy ancho y no deja un buen paso para entrar o salir. El maletero es algo pequeño, ya que apenas alcanza los 211 litros -lejos de los 295 l de un Ford Fiesta aunque por encima de los 160 l de un Mini 3p-.
En marcha: más cómodo que antes
Los propios responsables de la marca nos han presentación esta nueva edición del Sport como un modelo con -mayor compromiso con el confort, más potente y más eficiente-, y no podemos estar más de acuerdo. El motor es progresivo y, la ausencia de un turbo, hace que tengas que revolucionarlo mucho para ir a un ritmo rápido. En ningún momento transmite sensación de -poderío- aunque, al menos, resulta divertido -a pesar de tener 136 CV, no da la sensación de tener tantos, aunque también puede influir que las unidades que pudimos probar apenas tenían 1.000 km-. El nuevo cambio manual de seis marchas resulta preciso, aunque los recorridos de palanca son un poco largos para ser un modelo deportivo y las marchas carecen de un cierto tacto metálico o durito que esperas en este tipo de coches.
No hemos tenido demasiado tiempo para evaluar el comportamiento, aunque lo suficiente como para percibir que la capacidad de absorción de baches ha mejorado -ya no es tan seco de suspensión- a costa de inclinarse un poco más en las curvas. De todas formas, sigue siendo un coche ágil con una trasera alegre y que le gusta circular por carreteras sinuosas -a todo esto ayuda un peso de tan sólo 1.045 kg-. Eso sí, hemos echado en falta algo de potencia en determinadas circunstancias, como cuando salimos de curvas cerradas cuesta arriba o adelantando en zonas con pendiente. El sonido desde fuera es agradable, como si llevara un escape -gordo-, pero por dentro se impone el del motor y, a ritmo sostenido en autopista a partir de 120 km/h, puede resultar molesto -los desarrollos cortos no ayudan en este sentido-.
Cuesta desde 17.495 €, pero sale con una promoción de lanzamiento de 1.500 €, por lo que se queda en 15.995 €.