Secadores de pelo contra los excesos de velocidad

Como dice el refrán, en ocasiones son necesarias medidas desesperadas para situaciones desesperadas y en el pueblo escocés de Hopeman -perteneciente al condado de Moray- se han visto obligados a utilizar una técnica, cuanto menos curiosa, para intentar poner punto y final a los excesos de velocidad con los que llevan años conviviendo. Y es que, los vecinos de esta localidad tienen que ver cada día como los vehículos pasan por sus carreteras a velocidades que rondan los 100 km/h, lo que consideran un grave peligro que amenaza la integridad física de los vecinos que allí conviven.
«Esto es muy peligroso. Las velocidades a las que están circulando por las calles de Hopeman se ha convertido en un problema grave, especialmente cuando los niños van a la escuela en las mañanas», explicaba a la BBC Dennis Slater, concejal de Moray.
En este contexto y ante la falta de acciones por parte de las autoridades, los vecinos de Hopeman han decidido asumir el mando para intentar poner remedio a esta situación. Así, los habitantes del pueblo se sitúan cada día en los márgenes de las carreteras que pasan por la localidad haciéndose pasar por guardia de trafico, equipados con un chaleco reflectante y un secador de pelo en la mano, tratando de intimidar a los conductores haciéndose pasar por un policía con un radar.
Aunque aún no sabemos si la ingeniosa medida de las habitantes de Hopeman está teniendo éxito, lo que sí se sabe es que la propia policía escocesa está al tanto de todo. De hecho, las autoridades del país han emitido un comunicado en el que aseguran estar al tanto de la situación y afirman que disuadir este problema ya ha pasado a ser considerado «una prioridad».
Cabe recordar que el pasado mes de octubre ya os contamos un caso similar en el que otra localidad escocesa, Stirling, tuvo que agudizar el ingenio para luchar contra los excesos de velocidad. En aquella ocasión, los habitantes hartos de los conductores temerarios, decidieron pintar líneas curvas en una vía recta, creando así la ilusión óptica de que la carretera va en zig-zag.