Red Bull Racing bate el record de poles en una temporada

La Fórmula 1 se enfrenta a un circuito nuevo, desconocido para todos los equipos, y cartografiado con prisa para poder hacer pruebas en sus respectivos simuladores. Así no es de extrañar que después de los entrenamientos del viernes reinara la incertidumbre. Que Felipe Massa marcara ayer el mejor tiempo no hacía sino aumentar la confusión, […]


gran premio de la india circuito de buddh recta principal

La Fórmula 1 se enfrenta a un circuito nuevo, desconocido para todos los equipos, y cartografiado con prisa para poder hacer pruebas en sus respectivos simuladores. Así no es de extrañar que después de los entrenamientos del viernes reinara la incertidumbre. Que Felipe Massa marcara ayer el mejor tiempo no hacía sino aumentar la confusión, y además existía el temor a que el polvo y la polución depositados sobre el asfalto del Circuito de Buddh, en Nueva Delhi, convirtieran esta carrera en una lotería.

No ha llegado la sangre al río, pero en parte la hipótesis del polvo ha demostrado ser cierta. La reacción de las escuderías, con mucha precaución, ha sido mandar a sus pilotos a pista cuanto antes. Las consecuencias las hemos vivido en la Q1: Más de veinte coches tratando de conseguir una vuelta limpia en un circuito sorprendentemente estrecho para pertenecer a la última hornada de «tilkódromos». Para colmo, el equipo más cauto de todos ha sido el de los ingenieros de Pirelli quienes, curándose en salud, han asignado los compuestos blando y duro para esta carrera. Y un compuesto duro más un asfalto sucio dan como resultado cero agarre.

Pero como de costumbre, la tercera sesión de libres, horas antes de la calificación, nos aclaró las ideas. En ella ya pudimos ver a Sebastian Vettel logrando el mejor tiempo sin despeinarse. En la Q1, mientras los pilotos del pelotón obtenían posiciones sorprendentes solo con montar los blandos –Petrov marcó el mejor tiempo-, sólo Red Bull pudo permitirse el lujo de mantener a sus dos pilotos en boxes y ahorrar juegos de blandos. Mientras ellos ya pensaban en la Q2, Jenson Button y Michael Schumacher empleaban los suyos en sobrevivir al corte. En resumen: A Vettel le bastaba el odiado duro para hacer un tiempazo. El pescado estaba vendido…

Y sin embargo, cuando llegaron los primeros intentos de la Q3, la cosa parecía estar emocionante. En general, las diferencias entre tiempos de hoy no se veían casi desde 2009, cuando toda la parrilla estaba en poco más de un segundo. En Q2, Jaime Alguersuari empató hasta la milésima con Vitaly Petrov, pero el español se impuso por haberlo marcado antes, ganándose una plaza en la sesión definitiva. Y Michael Schumacher se quedó 12º, a apenas dos centésimas… Sin embargo, Toro Rosso siguió la ruta clásica de los equipos medianos que aterrizan en la Q3, optando por no salir y conservar más neumáticos.

Pues bien, un suspiro separaba a los favoritos -entendiendo como tales a Vettel, Hamilton, Webber y, hasta cierto punto, Alonso- cuando Vettel se impuso en los intentos finales. Probablemente no habría cambiado nada, pero Webber y Button se vieron perjudicados por banderas amarillas: Felipe Massa rompió la suspensión en uno de los rígidos y bacheados pianos indios.

La suerte está echada para mañana, cuando se espera que Red Bull no lo tenga tan fácil: Alonso suele salir muy bien y Webber no le ha cogido el punto al delicado embrague «made in Newey» del RB7. Y encima las diferencias deberían verse exacerbadas por el hecho de que el español sale por la parte limpia y el australiano por la sucia. De Hamilton podemos esperar mucho espectáculo cuando intente remontar desde la quinta posición a la que lo han relegado los comisarios y, en general, de McLaren podemos esperar un ritmo de carrera inquietante. El primer Gran Premio de la India puede ser un clasico.

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