Gracias a la pila de combustible, el vehículo duplica su autonomía, pasando de 100 a 200 km. Cuando el vehículo circula, el motor eléctrico es alimentado por dos fuentes de energía complementarias: la pila de combustible proporciona una potencia máxima de 20 kW y, si se demanda mayor potencia, son las baterías las que proporcionan el complemento necesario Además, al emitir vapor de agua, le convierte en un vehículo ideal para la distribución urbana e interurbana.