Enoturismo y motor

Cuatro bodegas para cuatro coches

Pedro Madera
Pedro Madera

El enoturismo es un placer. Pasar el día entre viñedos, después de una ruta con nuestro coche tiene su premio. Conocer la tierra, los viñedos, la bodega y los vinos tiene algo de ritual. Hay que elegir un vehículo que nos haga sentir la emoción que transmite el gusto por lo bueno.

PORSCHE CAYENNE EN PORTIA PARA CONOCER LA OTRA RIBERA DEL DUERO.

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El sur de Burgos es territorio propicio al descubrimiento y la sorpresa. Cuántos viajeros apresurados pasan de largo a gran velocidad por la moderna autovía y permanecen ajenos a las bellezas y los atractivos que se esconden a pocos kilómetros de distancia. Seguro que, siempre que pasan en los coches piensan que la próxima vez deberían parar y disfrutar de lo que se puedan encontrar.

En Gumiel de Izán hay muchas bodegas subterráneas, igual que en muchos otros pueblos de la zona. Pero lo que es único es la verdadera catedral del vino que inauguró en 2010 Bodegas Portia. Es el ejemplo máximo del perfecto maridaje entre tradición y modernidad que se vive en esta tierra de buen vino. Algo incomparable y de hecho son las únicas bodegas diseñadas por el prestigioso estudio de arquitectura de Norman Foster. Un triunfo del trabajo bien hecho.

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En estos parajes solitarios y poco poblados destaca la huella de la historia. Y la sorpresa nos la da el Monasterio de La Vid (¡qué buen nombre para un monasterio!), fundado en el siglo XII aunque la iglesia actual es gótica con una maravillosa cabecera de bóveda estrellada. Al llegar llaman la atención las enormes dimensiones y ese porte herreriano que nos recuerda de alguna manera al monasterio de El Escorial.

BMW Z4 PARA CONOCER LA BODEGA BERONIA EN RUEDA.

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Una bodega tiene también de paisajismo, y en la nueva Bodega de Beronia en Rueda lo han logrado. Uno de los aspectos clave del proyecto es la integración de la bodega con el paisaje y el viñedo para crear un conjunto muy especial.

Las reglas nos llevan a la elección del emplazamiento en un punto alto de la parcela, rodeada del viñedo y junto a un grupo de árboles que singularizan el paisaje. Aprovechan ese relieve topográfico para reducir el impacto visual, separando las distintas zonas de trabajo.
Si a esto unimos la integración en el paisaje mediante taludes ajardinados de la zona de carga y descarga, y una lista de materiales tan corta como impactante, el resultado es perfecto.

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Estamos en tierras de castillos y pueblos cargados de historia. Medina del Campo y Arévalo se dejan seducir por el aire aldeano de Rueda que asume el nombre de la denominación de origen. Una opción sencilla y de calidad.

UN RENAULT ALPINE EN LA RIOJA DE CARLOS MORO.

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Un buen sitio para vernos es San Vicente de la Sonsierra. Posiblemente, el pueblo con mejores panorámicas de toda la Rioja. Enoturismo de calidad de la mano de la Bodega de Carlos Moro, con su maravilloso calado en el interior de la bodega y algunos vinos de referencia en la zona. Los Reyes Magos regalan botellas de gran tamaño para hacer felices a los mayores.

La bodega es una apuesta por enoturismo de calidad y un buen lugar para entender la diversidad de vinos que se nos ofrece en la zona. Si a esto unimos largos paseos entre viñedos, tardes de tertulia con amigos junto a la chimenea y algunas compras para recordar la escapada de regreso a nuestra casa, la decisión ha sido perfecta.

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Respecto a los Reyes Magos, podemos encontrar toda clase de Leyendas. Incluso ha existido la teoría que los Reyes Magos venían desde la península ibérica. De hecho hace unos años se convertía en trending topic la supuesta procedencia andaluza de los Reyes Magos.

Todo surgió a raíz de un libro escrito por el papa Benedicto XVI sobre la infancia de Jesús de Nazaret en donde nombraba Tarsis como origen de sus majestades. Luego se aclararía que en realidad no estaba otorgando ningún pedigrí andaluz a los Reyes Magos.

MOLINOS, VIÑEDOS Y UN MITSHUBISI URBANO PARA RECORRER LOS CAMINOS.

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Almagro preside una tierra de frontera donde, durante siglos, las batallas y los peligros eran el pan nuestro de cada día. Los nobles y los reyes apenas podían ejercer su poder y las órdenes religioso-militares se hicieron cargo de la reconquista y de la posterior repoblación. Su capital, Almagro, fue primero tierra de caballeros y más tarde de comediantes. Hoy recupera su viejo esplendor reconvertida en capital de nuevos comediantes y centro del famoso Festival de Comedias de verano.

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Aquí en Almagro podemos disfrutar de la Bodega Amadis de Gaula, un proyecto de vinos de autor con un resultado espectacular en sus etiquetas Requiebro, Gaula y Espejo Líquido.

Volviendo a aspectos más históricos, Almagro fue la villa desde la que la Orden de Calatrava gestionó la reconquista de esta tierra de fronteras. Sin embargo los Reyes Católicos, celosos de su poder, acabaron con el predominio de la orden, decidiendo intervenir en el desarrollo de la zona. La inacabada reconquista del sur de la península les hizo olvidar un poco Almagro y dejó para su nieto el definitivo impulso a la ciudad.

Carlos I de España y V de Alemania, fiel a sus orígenes pidió la colaboración de importantes familias flamencas en el desarrollo de la zona. Y así fue como los poderosos Fugger se instalaron en Almagro tras la concesión a su favor de la explotación de las minas de Almadén por parte de la corona. Estos nobles alemanes trajeron con ellos gustos y tradiciones europeas, como la influencia flamenca de la Plaza Mayor o la tradicional elaboración del encaje de bolillos.

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De vuelta en la Plaza y tras el breve repaso histórico, hay que tomarse un tiempo para admirar la doble galería con ventanas de madera, que descansa sobre unos pilares de piedra. La plaza que queda abierta en sus laterales puede tener en cierto modo algo de avenida o calle principal, pero dos importantes edificios se encargan de cuadrarla: el actual Ayuntamiento al este y el antiguo Palacio Maestral.

También hay que tomarse tiempo para la compra de algún recuerdo. Los encajes son lo más típico y además cuentan con la garantía de la elaboración artesanal. O para tomar un tentempié en alguno de los bares de la plaza. La tapa obligada: berenjenas de Almagro, receta de origen árabe que aún hoy se mantiene.

Otros hitos importantes que no se pueden dejar de visitar son: La antigua universidad, el Palacio de los Fugger, las iglesias de San Agustín y San Bartolomé, y por su supuesto su Corral de Comedias. Esta joya de Almagro le ha dado renombre internacional con el Festival de Teatro Clásico.

El Corral de Comedias de la ciudad, el único escenario teatral del Siglo de Oro que se conserva en el mundo, es el marco idóneo para presenciar nuestro primer teatro. Escuchar aquí a Tirso o a Lope, puede ser inolvidable tanto para los apasionados por el teatro, como para los que supone una experiencia nueva.