Una deliciosa ruta gourmet para cada fin de semana

Gastro ruta por los castillos segovianos

Pedro Madera
Pedro Madera

La historia y la gastronomía cada vez se llevan mejor. Un fin de semana en la provincia de Segovia, con el aliciente de su gastronomía después de la caminata por un recinto amurallado y con el sosiego que da el haber disfrutado de un fragmento de historia es un valor seguro.

01 Alcazar 01

En la capital tenemos un buen ejemplo. El Alcázar es probablemente el gran castillo segoviano y uno de los más conocidos de España. Hogar de Isabel I de Castilla, esta espectacular construcción mudéjar – reconstruida en el XIX tras un incendio – se eleva sobre los ríos Eresma y Clamores, erigido sobre un promontorio que permite dominar el territorio circundante.

Un castillo de cuento de hadas considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La llegada por la CL-607 es un mirador natural y los mesones y ventas de las cercanías una manera de entender el tapeo de la provincia. Morcillas, torreznos y choricillos se alternan con gusto con las verduras de la huerta local.

01 Judiones 03

Otra buenísima opción para entrar en calor son los judiones de la Granja, que nada tienen que envidiar a la fabada asturiana (una buena combinación tras visitar el precioso palacio de la Granja y sus jardines) ¿Cuál es la diferencia? La variedad de la Granja es única de su tierra, al igual que el chorizo y morcilla que llevarán, y destaca por su gran tamaño y su textura espesa, mantecosa y gustosa. Se necesita remojo y larga cocción, pero vale la pena. A diferencia de la receta astur suele llevar pancita y pluma ibérica.

Siempre podemos refugiarnos en el fin de semana “ruralchic” del castillo de Pedraza, tiene todo el aspecto de una fortificación defensiva despojada de adornos superficiales y consagrada a su función. Es, también, una de las construcciones de este tipo más veteranas, con varias civilizaciones distintas dejando su huella entre sus paredes de piedra desde que los romanos y los árabes lo ocuparon.

Construido en el siglo XIII, ha tenido distintos dueños y modificaciones, conservando siempre su característico foso y la muralla con torreones circulares. Los asados de sus restaurantes tienen al cordero como producto estrella. Aquí no se falla.

No menos impresionante, es la silueta del Castillo de Turégano, que ha resultado tremendamente polivalente a lo largo de su historia, sirviendo no solo de edificación defensiva sino, también, de prisión estatal y de iglesia. Dotado de un foso y dos murallas rectangulares, además de seis espectaculares torres, se trata todavía de un gran desconocido, en tanto se conoce que sus primeros restos datan del siglo XII, pero no se sabe toda su historia con detalle. El castillo, no obstante, ha cumplido su función solemne con creces, alojando a los Reyes Católicos, Fernando e Isabel. Siempre es buen momento para comprar unos embutidos de Cantimpalos o unos tarros de miel de algún productor cercano del río Pirón.

El chorizo de Cantimpalo es el rey de sus embutidos pero no es el chorizo de las judías, sino que es un chorizo curado, de maduración lenta, con los aires de la sierra de Guadarrama en el pueblo de Cantimpalos, su temperatura y vientos, un sabor ácido y suave y una dureza media con jugosidad y con una integración jugosa y sabia de todos sus sabores y gravitas

Una de las edificaciones más llamativas de la provincia puede ser el castillo de Coca es otra muestra bien conservada de arquitectura defensiva castellana. A orillas del río Voltoya y de estilo gótico mudéjar, esta propiedad de la Casa de Alba cedida al Estado es otro de los principales castillos de España, considerado como Monumento Nacional.

A su planta cuadrada delimitada por cuatro torres podemos añadir una gran serie de salas profusamente decoradas con motivos mudéjares. Su ubicación, a contracorriente en este tipo de construcciones, es un factor diferencial: no está sobre un cerro dominando el entorno, se asienta en un llano que se beneficia de los escarpes del terreno. La oferta de alguno de sus bares demuestra que el ir de vinos también es una forma de aprender historia.

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Castillo Palacio de los Duques de Alburquerque. Cuéllar

El castillo de Cuéllar es una muestra excelentemente conservada y restaurada de castillo segoviano, un compendio de diversos estilos (gótico y renacentista, los principales) que le han valido la declaración de Bien de Interés Cultural. Dotado de un gran patio de armas y muy orientado a las visitas turísticas, fue hogar de los duques de Alburquerque durante siglos, que disfrutaron tanto de su marcado carácter defensivo, como una llamativa torre cilíndrica del homenaje, así como su bien desarrollada zona palaciega. Los pequeños productores de queso, miel, embutidos y chacinas han hecho de este pueblo un referente del Km. 0

06 Ponche Segoviano 01E

En Segovia también saben de postres. El ponche segoviano es un producto tradicional basado en la yema de huevo y que se caracteriza por esa textura en forma de rejilla levemente quemada de azúcar en su parte de arriba. Debajo alterna capas de crema y bizcocho, pero también mazapán, toda una bomba dulce y suave que, como todo en Segovia, guarda dentro de sí una historia de familia y tradición ya desde época del rey Alfonso XIII. Los pasteleros de Sepúlveda merecen un viaje.