Pueblos Jeep para un puente furtivo

Pedro Madera
Pedro Madera

Hay sitios que llaman a la aventura. Hay pueblos que siempre merecen una visita. No importa el número de veces que hemos paseado por sus calles o hemos curioseado en los bares locales. Si a esto unimos un vehículo que nos permite recorrer las pequeñas carreteras y llevarnos a espacios naturales un poco más salvajes tenemos la opción perfecta. ¿Off Road o Slow Drive? Son formas de entender la vida, para los que disfrutamos con el motor.

Medina del Campo. Valladolid.

Medina del Campo, en Valladolid, es una de las citas obligadas en toda gira por Castilla y León. Esta paradigmática localidad atravesada por el río Zapardiel ha sido testigo y escenario de multitud de incidentes históricos. Ese legado árabe y cristiano – aquí Fernando VI convocó por primera vez las Cortes – demuestra su condición de pueblo histórico. La visita obligada nos lleva al castillo de La Mota o el Convento de Santa Clara.

Dos construcciones solemnes que, sin embargo, no son en absoluto lo único que tiene que ofrecer Medina del Campo. Alrededor de su Plaza Mayor – imprescindible pasear por ella y sus alrededores – existen multitud de ofertas gastronómicas para degustar los famosos asados de la localidad, encabezados como no podía ser de otro modo por el lechazo. Muchos caminos que salen de este pueblo nos llevan por un laberinto de viñedos y campos de cereal perfectos para nuestros Jeep Trail Compass 4xe Trailhowk.

Castell de Ferro. Granada.

Castell de Ferro es una de las joyas de Granada. Todo el repertorio de una localidad rural preparada para acoger visitantes y ofrecerles la historia de esta tierra se dan cita aquí, muy cerca de Almuñécar y Salobreña.

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No faltan, por tanto, las playas, como la de Castell de Ferro y la del Sotillo. Imprescindible visitar su castillo árabe, que vigila el entorno a cien metros de altura asegurándose por tanto la defensa de la costa, así como una gira por sus torres vigía, como la de Castell de Ferro y Gualchos. Si queremos disfrutar de actividades al aire libre o de la naturaleza, la sierra de Lijar está a tiro de piedra, con lo que se queda una oferta turística granadina de lo más variada. Los caminos que suben hacia la sierra son perfectos para un Jeep Renegade sin mirar al año de su fabricación.

Villacastin. Segovia.

Villacastín (Segovia) es todo un festín rural. A escasos kilómetros de Segovia capital y poco más de 50 minutos de Madrid, sin olvidar que estamos a 28 kilómetros de Ávila, es ideal por tanto para pasar un fin de semana apartado del mundanal ruido disfrutando de la montaña y la gastronomía.

Aquí es fácil comer bien y de manera económica: la caza y las carnes a la brasa y, por supuesto, el cochinillo llenan el estómago e invitan a la desconexión. A eso o a disfrutar de joyas góticas como la iglesia de San Sebastián y su anexo monumento a La Cigüeña, pasear por su casco histórico y la Plaza Mayor así como pasar frente a sus casas señoriales, encabezadas – entre otras – por la del Conde de Albarreal son algunos de los rincones que podremos disfrutar.

La gran joya de los pueblos de la zona es su patrimonio natural. En el entorno todavía es posible llegar a pueblos como Ituero y Lama, conocido por su ganadería extensiva o hasta Muñopedro o Marugan. Siempre es un reto llegar a Arévalo o a Nava de la Asunción, por viejos caminos trashumantes.

Piedrahita. Ávila.

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Piedrahita (Ávila) es un cruce de caminos, habitado a lo largo de su historia por romanos, visigodos y, por supuesto, cristianos. De su Plaza Mayor irradian una serie de construcciones civiles y religiosas de gran nivel, desde el Palacio de los Duques de Alba con su Torre del Reloj, hasta la iglesia de Santa Maria la Mayor.

No podemos olvidar el Convento de Santo Domingo, datado del siglo XIV, ni tampoco sentarnos a disfrutar de la buena mesa con alguno de los platos castellanos, ya sean judías, caza o un buen postre dulce, que cualquier restaurante del lugar nos ofrecerá con gusto. Aquí son expertos reposteros y no podemos marcharnos sin probar sus mantecados o la leche frita, entre otras maravillas. Un entramado de pueblos y caminos nos llevan hasta Barco de Ávila, Bejar, Puente Congosto o al Valle de Tormes. Muchas curvas y grandes paisajes para un jeep que con potencia y habilidad nos permita descubrir la vida fuera de los caminos convencionales.