Para aliviar un poco las tensiones, la propietaria de la marca escandinava, Swedish Automobile -antigua Spyker- ha recibido un pedido de 582 vehículos de una compañía china no especificada, una operación que aportará un total de 13 millones de euros a las arcas de Saab. Con este dinero, que llegará por adelantado durante esta semana, la compañía dirigida por Victor Muller podrá afrontar los salarios de los empleados y realizar algunos pagos parciales a los proveedores. Además, Saab continúa en negociaciones para vender parte de sus instalaciones en Trollhättan y seguir utilizándolas en régimen de alquiler, una operación que aseguraría liquidez a corto plazo y daría viabilidad a la empresa hasta que el capital chino absorba por completo su control.
-Me complace poder anunciar este acuerdo, ya que garantiza parte de la financiación a corto plazo necesaria para Saab Automobile y nos permite pagar los salarios de nuestros empleados antes de finales de este mes-, ha anunciado Victor Muller, Consejero Delegado de Saab, quien espera que las fábricas puedan abrir sus puertas de nuevo para seguir con la actividad normal: -Esperamos conseguir más financiación a corto plazo, necesaria para llegar a un acuerdo con todos nuestros proveedores para reanudar pronto la producción-.
La llave la podría tener el inversor ruso Vladimir Antonov, al que ya hemos vinculado en más de una ocasión con la compañía sueca. Su interés en participar en la empresa sigue en pie, pero falta la autorización de las partes interesadas después de las recomendaciones efectuadas por la Oficina Sueca de Deuda Nacional, entre ellas el gobierno sueco. Si hay luz verde, Antonov se hará con una importante participación, mientras que Saab recibirá la inversión necesaria para seguir funcionando.