
El gigante norteamericano ha indicado que cederá sus activos en Norteamérica a una nueva sociedad que estará participada en un 60,8% por el Tesoro estadounidense, en un 11,7% por los gobiernos de Canadá y Ontario, en un 17,5% por el fondo de pensiones de sus trabajadores y en el 10% restante por sus acreedores. La suspensión de pagos durará entre dos y tres meses.
Además, la empresa confirma los objetivos incluidos en su plan de reestructuración, presentado a finales de abril. El grupo se centrará en cuatro marcas (Chevrolet, Cadillac, Buick y GMC) y eliminará las desventajas salariales respecto a otros competidores instalados en Estados Unidos.
La plantilla de trabajadores por horas en Norteamérica se reducirá de 35.100 a 27.200 empleados, mientras que la red comercial en Estados Unidos se ajustará hasta un máximo de 3.600 centros.
No afectará a Europa
A pesar de esta enorme suspensión de pagos, General Motors ha asegurado que sus plantas del «Viejo Continente» funcionan con normalidad y que los pagos a sus trabajadores y proveedores se llevarán a cabo de la forma habitual.
Opel pasa a manos de Magna y Sberbank
La filial europea de General Motors señaló que el grupo ha transferido los activos en Europa a Opel, que ha asegurado la concesión de un crédito puente, por parte del Gobierno de Alemania, por un importe de 1.500 millones de euros y ha alcanzado un acuerdo marco con el fabricante canadiense de componentes Magna para que entre en el capital de Opel.
Así, Magna y el banco ruso Sberbank se han comprometido a invertir 700 millones de euros para entrar en Opel. El accionariado resultante una vez completada la propuesta quedaría dividido en un 35% para General Motors, en un 35% para Sberbank, mientras que Magna mantendría un 20% de las acciones y los trabajadores de la firma alemana tendrían un 10% del accionariado total.