Estéticamente podemos definirlo como un SUV de aire coupé y un tamaño compacto, ya que sólo mide 4,26 metros de longitud e introduce algunas pinceladas muy deportivas, como faros muy afilados, un perfil esculpido, sólo tres puertas y una línea de techo descendente hasta una zaga muy bien integrada. Según el jefe de diseño de Seat, Luc Donckerwolke, -El IBX ha sido desarrollado a partir del banco genético de nuestra próxima generación de vehículos-, por lo que este lenguaje que aquí percibimos servirá también para esculpir los próximos modelos que saldrán de Martorell, sobre todo el nuevo León. El frontal es prácticamente idéntico al del eléctrico IBE Concept que vimos en París, con tecnología LED, mientras que el resto podría ser un Q3 vestido a la moda española -modelo que también se fabricará en la planta de la localidad barcelonesa-.
Tecnología híbrida
El sistema de propulsión elegido para mover este prototipo combina un motor de combustión con un eléctrico, capaz de mover al IBX sin contaminar durante un total de 45 kilómetros. Cuando se agoten las baterías del sistema eléctrico entra en funcionamiento el motor -convencional-, que puede ser un gasolina TSI o un diésel TDI. Puede ofrecer las tecnologías de eficiencia que ofrece el programa ECOMOTIVE, y equipar un moderno sistema de tracción integral.
No queremos lanzar las campanas al vuelo sobre el futuro SUV de la marca española, ya que no es el primer prototipo de estas características que ha pasado directamente al cajón de proyectos olvidados.